Más cómodo que en su casa. Así trabajó hoy el español David Ferrer en su estreno en el Argentina Open al vencer 6-2 6-2 al argentino Renzo Olivo.

El triple campeón del torneo sobre tierra batida necesitó apenas 70 minutos para despachar al rosarino que llegó gracias a un wild card y que sorprendió a muchos pasando la primera ronda. Sin embargo, su empuje no fue suficiente ante la experiencia de Ferrer que conoce la cancha de Buenos Aires al dedillo.

El ritmo de Ferrer en la línea de fondo sumado a su conocido "modo muro," en la devolución hicieron rápido mella en el juego del  local que en poco tiempo ya tenía dos breaks en contra en el primer set. Del 3-1 al 6-2 en media hora, lo que hizo prevenir lo rápido que se le venía la tarde al rosarino.

La peligrosa derecha de Olivo y su fuerte saque  no supieron sortear la defensa sólida del español que dominó los intercambios y supo meter tiros ganadores cuando había la oportunidad. La desesperación del joven de 23 años lo llevó a abusar por momentos de golpes directos, cometiendo muchos errores no forzados que facilitaron la labor de su contrincante.

Claro dominador del juego, Ferrer no bajó las revoluciones para el segundo parcial y rápidamente apaciguó  las ganas del 151 del mundo de meterse en el partido. La solvencia del top ten frenó de golpe a Olivo que venía con la confianza de un buen torneo en la altura de Quito. Más acostumbrado a canchas duras, el argentino se dejó llevar por el ritmo que imponía su rival  y se mostró errático a la hora de atacar.

Dato curioso fue la presencia en la platea alta del estadio del primer sembrado, Rafael Nadal, quien observó atento la victoria de su coterráneo. Sin embargo, cerca del final de partido su presencia fue advertida por los aficionados quienes comenzaron a ovacionarlo, lo que provocó que en pocos minutos abandonara la cancha central.