Los treintañeros están de moda en el circuito ATP, y Paolo Lorenzi quiere sumarse a esta tendencia. A sus 34 años, el italiano está sacando como nunca lo ha hecho, desplazándose por la pista con presteza e inteligencia, y haciendo un tenis tan ofensivo como eficaz, que le permite estar al borde del top-50. Resulta realmente sorprendente ver al italiano en este estado de forma, en el que se reconvierte de un jugador moderado de fondo de pista, a un consumad atacante que no tiene reparos en pegar golpes planos y jugar siempre metido en pista.

Firmó semifinales en Quito tras ganar a Bernard Tomic

Tras ganar a Pablo Andújar en primera ronda haciendo gala de una gran capacidad para revertir la situación inicial de desconcierto, el italiano salió con todo a la pista. Diego Schwartzman fue un digno rival, pero acabó sucumbiendo a la constancia y buen hacer de un jugador que mira alto, y disfruta de lo que está haciendo porque juega sin ningún tipo de presión. 

Schwartzman no aguantó el pulso físicamente

El menudito y talentoso jugador argentino, no pudo dar una alegría a la hinchada local que poblaba las gradas. No fue por falta de ganas y ambición, ya que Diego lo dio todo en cancha y luchó hasta el último aliento. Se encontró con un jugador con más recursos, y que se agarró al servicio para solventar situaciones complejas.

La primera manga fue de claro dominio de Lorenzi, que creó problemas a Schwartzman en cada turno al servicio de éste. Sin embargo, no encontraba el time in que le permitiera romper el servicio en más de una ocasión, y ésto le pesó mucho moralmente. En apenas dos despistes al servicio, el italiano vio cómo el argentino se colocaba en ventaja y la maximizaba, haciéndose con la primera manga.

Lorenzi fue mejor durante todo el partido, mostrando más argumentos ofensivos

Sin embargo, a largo plazo se veía que el tenis de Lorenzi acabaría imponiéndose. Incrementó aún más su intensidad, nutriéndose de la rabia que había supuesto perder un set claramente dominado por él. No tuvo remilgos en irse a la red, y levantó la bola con inteligencia a un jugador cuya altura le supone un claro hándicap. Se llevó la segunda manga, y ya fue demasiado exigencia para Schwartzman, que se hartó de correr de lado a lado.

Apenas pudo hacer un juego en el set definitivo, donde Lorenzi estuvo excelso en sus ataques. Certificó una victoria que incrementa aún más su confianza, y le lleva a unos cuartos de final más que merecidos. Allí, podría verse las caras con Nadal, en lo que supondría un partido para disfrutar para el italiano.