Llamado a  ser uno de los relevos generacionales de los más grandes, Thiem sigue confirmando partido a partido esta condición y hoy ni el calor extremo de Buenos Aires pudo con él. 6-4 6-2 fue el  marcador con el que acabó las esperanzas de su compañero de dobles Dusan Lajovic, y espera ya por rival en semifinales.

Siendo un  jugador que tiene el ataque como arma principal, Thiem mostró además solvencia en sus restos y decisión para coronar los puntos clave. Ante él estaba su amigo y sorpresa del torneo, quien ya que en octavos se había cargado al gigante Isner con aplomo. Un partido igualado en la cuadrilla terminó resolviéndose rápido para el quinto favorito del torneo, a quién le bastó un break en el primero y dos en el segundo para sentenciar la historia.

Aunque en cancha las altas temperaturas afectaron en ciertos tramos el ritmo del cotejo (una sensación térmica de 39 grados según los reportes) esto no fue una excusa para que Thiem  demostrara  que su clasificación actual entre los 20 mejores del mundo no es casualidad y se instale  entre los cuatro mejores del torneo con sobra de merecimientos.

El austriaco se mostró solvente en cada trámite del  juego. Dominó los intercambios y metía derechas planas en cada espacio que creaba. La delicia de su réves a una mano no solo fue vistosa esta tarde, sino también efectiva.  Su superioridad en cancha le permitió llevarse el partido en una hora y veinte minutos solamente.

El joven de 22 años espera  por el español  Rafael Nadal, preclasificado 1 del torneo,  quien derrotó al italiano Lorenzi por parciales de 7-6 (3)  6-2.  Un encuentro de semifinal que promete que sin dudas marcará que con cualquiera que le toque explayar su tenis, el espectáculo está garantizado con Thiem,  quien hace del tenis agresivo  no solo una estrategia, sino una virtud.