Ilusiona ver savia nueva, comprobar la ilusión con la que afrontan cada punto. Todo es nuevo para Taylor Fritz; hasta hace poco un total desconocido para el gran público, pero que esta semana le ha cambiado la vida. Al igual que se la cambió a Lleyton Hewitt cuando a los 15 años ganó en Adelaida, o a Nadal cuando a los 16 se proclamó vencedor en Sopot. Está por ver si este espigado jugador puede llegar a ser un tenista de ese calibre, pero si algo está dejando claro es que tiene potencial de sobra para labrarse un nombre en el complicado mundo del tenis.

Jugador estadounidense más joven de la historia en alcanzar una final de un torneo ATP

Venía dando serios avisos de su potencial, tanto en el circuito junior como en el absoluto, y su partido de primera ronda en el Abierto de Australia ante Sock, después de pasar la fase previa, hacía prever una eclosión inmediata. Sin embargo, pocos podían pensar que ésta fuera tan abrupta y brillante. 

Cuando uno ve jugar a Fritz entiende las alabanzas, las muchas esperanzas puestas en este jugador, y su percepción como el tenista que tome el testigo de Andy Roddick en el tenis estadounidense. El país está necesitado de jugadores de referencia, que den un valor añadido al deporte de la raqueta en el país de las barras y las estrellas, y Fritz puede hacerlo. 193 centímetros de altura, un saque endiablado, un revés sencillamente perfecto y con el que se estructura su juego, y una derecha que apunta maneras pero ha de seguir puliendo. Así es Taylor Fritz; una estrella en ciernes.

Se sobrepuso a sus propios nervios

El joven californiano salió acomplejado y timorato a la pista. Por primera vez a lo largo de la semana, se sabía favorito y sentía la presión que supone ver su nombre en la prensa, y ser reconocido e idolatrado en el club. Berankis se aprovechó magníficamente de la situación, y no se andó con emotividades. Sacó su mejor juego y se hizo con la primera manga por 2-6, y dando sensaciones de mucha seguridad en sí mismo.

Berankis en Memphis. Foto: atpworldtour.com
Berankis en Memphis. Foto: atpworldtour.com

Pero se diluyó en cuanto escuchó los primeros gritos de ánimo del joven estadounidense tras algún buen golpe. Discreto como el que más, Fritz fue inteligente y supo involucrar al público en su remontada, dándose ánimos en los compases iniciales de la segunda manga. Esto ejerció de elemento estimulante para él, y amedrentó a su rival. Hubo un intercambio de breaks, pero no sería hasta el tramo final del set cuando Fritz sacaría su mejor tenis, y en un abrir y cerrar de ojos, equilibró el partido tras romper el saque del lituano en el octavo juego.

Memorable set definitivo, con Fritz mostrando gran solvencia en momentos cumbreEl tercer parcial fue de una intensidad espectacular. Taylor sacó todo su coraje y se colocó break arriba. Sin embargo, las dudas le asaltaron y Berankis hizo gala de una capacidad innata para anticiparse a los servicios del jugador local, y restar con maestría. Equilibró el marcador, y cuando sacaba en el noveno juego, Fritz en lugar de bajar los brazos, se volvió a activar de piernas y le devolvió el break. Cerró el partido tras ver cómo dejaba escapar cuatro bolas de partido, y conectó saques directos que le allanaron el camino.

En definitiva, señales de gran jugador en ciernes, que buscará su primer título ATP en un torneo de su país. No se podía soñar un torneo como éste. El rival puede ser Nishikori o Querrey; sea quien sea y pase lo que pase, habrá que estar muy atentos al devenir de Fritz.