David Ferrer, tras las temprana derrota en el torneo de Acapulco (México) decidió tomarse un respiro y anunció su ausencia en los primeros Masters 1000 de la temporada, Indian Wells y Miami. Los resultados no están llegando para Ferrer: primera ronda en Doha, semifinales en Auckland, cuartos de final en el Open de Australia, semifinales en Buenos Aires, cuartos de final en Río de Janeiro y segunda ronda en Acapulco. Ante ello, ha decidido descansar y prepararse para la gira de tierra batida. 

Durante este tiempo fuera de las pistas ha concedido una entrevista a Marca Plus donde ha repasado su evolución como tenista y persona. David Ferrer siempre se ha descrito como una persona normal, con "un simple trabajo" y se siente afortunado por ello. Unos de los mejores jugadores del tenis español de la historia ha sido reconocido en toda España, pero en especial en Jávea donde hasta tiene una calle con su nombre, a lo que David no le da importancia, y reconoce ser "la misma persona que si no hubiera jugado al tenis. No cambia nada"

David Ferrer comenzó su carrera siendo un jugador temperamental e impulsivo, e incluso ha protagonizado situaciones que no se corresponden con el actual octavo jugador del mundo. Poco a poco ha ido paliando esa temperalidad hasta convertirse en uno de los jugadores más inteligentes, tranquilos y frío del circuito. Admite que la vergonzosa situación que protagonizó en el US Open 2008, donde fue tildado de machista, ha sido el punto de inflexión más importante de su vida. "Fue un punto de inflexión en mi carrera, el hecho de avergonzarme de mí mismo, de verme por la televisión y saber que ese no es el camino correcto", confiesa Ferrer. 

David Ferrer. Foto: zimbio
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En el proceso hacia el "nuevo" David Ferrer mucho a tenido que ver su mujer Marta Torné. “Me ha dado estabilidad”. “No es fácil para una persona que no viene del mundo del tenis conocer a un deportista que viaja tanto”. Marta Torné es una habitual de las pistas de tenis y el pilar fundamental de la carrera del tenista de Jávea. 

De todos los fracasos se aprende. Ese es un tópico que se puede extrapolar a todos los trabajos y situaciones vitales. En el tenis las derrotas cuesta aceptarlas. David Ferrer es un ganador nato y confiesa que las derrotas le impiden dormir correctamente. “La derrota siempre afecta. Las primeras dos o tres horas intento analizar el partido ver dónde he podido fallar. Pero nada más. Intento estar más tranquilo conmigo mismo”, añadió. 

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El alicantino también ha querido tomar la palabra en el tema de moda, Rafa Nadal. Ferrer mantiene el discurso de calma que transmite el mismo clan Nadal: "no le pasa nada". Ferrer afirma que Nadal está de camino  para volver a ganar un Grand Slam o poder acabar como número uno del mundo". Aunque matiza estas palabras aclarando que "Djokovic está a un nivel intratable", pero no duda que en Roland Garros "Nadal tiene muchas opciones de ganarlo", a pesar de no partir como favorito. 

Finalmente, dejó claro que "no habrá relevo como Rafa Nadal", pero como él si lo habrá.