Otra vez el tenis vuelve a las portadas. Y otra vez vuelve por motivos ajenos a lo estrictamente deportivo. En esta ocasión, el protagonista no es otro que el número 1 del mundo, Novak Djokovic.

Todo comenzó en la californiana tarde del domingo. Una vez concluidas las finales de Indian Wells, el máximo mandatario del torneo, Raymond Moore, protagonizaba unas declaraciones desafortunadas y totalmente fuera de lugar. En tono socarrón, como quien habla en la barra del bar con sus "amigotes", Moore afirmaba que "si fuera una mujer tenista, se arrodillaría cada noche y daría gracias a Dios por el nacimiento de Roger Federer y Rafa Nadal. Ellos son los que han liderado este deporte”. El inapropiado descredito del sudafricano hacia el tenis femenino terminaría por costarle el puesto esta misma mañana.

Pero el asunto no terminó ahí. Minutos después de las declaraciones de Moore, Djokovic "se metía en un jardín", y afirmaba que "los tenistas deberían ganar más que las mujeres". La mayor expectación generada por el circuito masculino, era el argumento que daba hincapié a la controvertida afirmación.

Como era previsible, las declaraciones del serbio provocaron todo un polvorín en las redes sociales. Animados por una manipulada campaña orquestada por ciertos medios, una auténtica horda de individuos, la mayoría completos ignorantes del mundo del tenis, se lanzaron al cuello del serbio, tachándole de machista.

Expectación, ingresos y esfuerzo

Lo cierto es que quién entienda un poco el funcionamiento del tenis, sabrá que no es la primera vez que se polemiza con este espinoso tema. La política de igualdad de premios para mujeres y hombres, llamada equal prize money, es una medida muy criticada de puertas para adentro, pero que pocos jugadores se atreven a comentar ante las cámaras.

Es evidente que, a día de hoy, la expectación generada por el circuito masculino es mucho mayor que la del femenino. Por tanto, es también obvio que los ingresos generados por una y otra categoría difieren sustancialmente. 

Hablemos de números. Mientras que en 2015 la audiencia televisiva de los torneos ATP fue de 973 millones de espectadores, fueron 395 millones los televidentes que siguieron en sus pantallas el circuito WTA.

Fotografía: Getty
Fotografía: Getty

La diferencia económica también se traduce en el precio de los derechos televisivos. En 2014, la WTA anunciaba un histórico acuerdo por el cual sus derechos televisivos eran cedidos por 10 años a cambio de 492 millones de euros. Histórico porque hasta ese momento, el precio de adquisición de esos derechos era de unos 19 millones anuales, y con una cobertura de eventos mucho menor. No obstante, esta cifra parece quedarse corta si se compara con los 735 millones de euros que se pagarón por los derechos de un solo torneo, el US Open, durante 11 años.

Para bien o para mal, la mentalidad capitalista del mundo en que vivimos legitima la argumentación de Djokovic. Es la misma lógica por la que Cristiano Ronaldo cobra una cantidad infinitamente superior a un jugador de balonmano. De la misma forma que en este último ejemplo no interviene un componente sexista, en las declaraciones de Djokovic tampoco.

La diferencia de esfuerzo físico en los partidos, evidente en los Grand Slam donde los chicos juegan al mejor de 5 sets y las chicas al mejor de 3, es otro de los argumentos defendidos por aquellos que reclaman una mayor compensación económica para los hombres.

Al comparar el tiempo que estuvieron en pista el número 1 masculino y femenino en el último Grand Slam, el Australian Open 2016, los datos vuelven a hablar por sí solos. Jugando ambos 7 partidos en su camino a la final, Serena Williams estuvo en pista 8 horas y 37 minutos menos que Novak Djokovic. 

Fotografía: zimbio.com
Fotografía: zimbio.com

Volviendo a la lógica capitalista que impera en el mundo del espectáculo, más horas en pista, y por tanto en los televisores, debería ser remunerado de una forma equitativa.

¿Menos espectáculo o más dificultad de acceso?

Los datos son irrefutables, pero lo que si se puede debatir es sobre si la subordinación del tenis femenino responde a una cuestión social o deriva simplemente de un menor atractivo para el público.

Que vivimos en una sociedad patriarcal y que el machismo está presente en el deporte, son dos realidades que no debemos obviar. Los cánones imponen que las niñas deben ser princesas y los niños futbolistas, y cualquier desviación de esta lógica impostada se considera como una rareza. Por desgracia, la niña que sueña con ser futbolista será considerada un marimacho, y se mirará con extrañeza al niño que fantasea con formar parte del Ballet de Moscú.

Pero el tenis, por suerte, no responde a estos patrones. El modelo patriarcal relaciona a la mujer con el glamour, y nadie puede negar que el tenis va asociado a este concepto. Que la sociedad podría incitar a la mujer a la práctica de este deporte es, por tanto, algo evidente. En otras palabras, la sociedad patriarcal no juzgará a la niña que decida jugar al tenis.  

Fotografía: Wimbledon
Fotografía: Wimbledon

Sin embargo, a pesar de que no existen barreras sociales y culturales, el número de mujeres que juegan al tenis es bastante inferior al de los hombres. Según datos del Consejo Superior de Deportes (CSD), en 2014 solo el 27% de las licencias de la Real Federación Española de Tenis (RFET) pertenecían a mujeres.

Una menor competitividad, unido a las diferencias meramente Solo el 27% de los tenistas federados en España son mujeresbiológicas, hacen del tenis femenino un deporte menos atractivo para el espectador. La propia Serena Williams, una de las mejores tenistas de todos los tiempos, admitió que no podría competir contra el número 200 del ránking masculino. Se trata de una cuestión de gustos que mayoritariamente se inclinan hacia la rama masculina de este deporte.

La lamentable cobertura de los medios hacia el deporte femenino en los medios, hace una honrosa excepción en el tenis. Según un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid, el 29,35% de las noticias que hablan de deporte femenino, lo hacen sobre tenis. Por tanto, la invisibilización mediática tampoco parece un argumento valido.

Para quienes aún así sigan pensando que la menor expectación generada por el tenis femenino se debe a prejuicios sociales y culturales, o a la dificultad de acceso de las mujeres al mundo de la raqueta, el siguiente ejemplo prático puede servir de aclaración.

El paradigma de las becas en Estados Unidos

De un tiempo a esta parte, es habitual que cientos de jóvenes tenistas de nuestro país crucen el charco, aprovechando las becas que conceden las universidades estadounidenses a través la National Collegate Atheltic Association (NCAA)La idea de estos jugadores aún en edad junior es combinar una formación académica con un programa de entrenamientos más profesionalizado que les permita crecer como personas y tenistas.

Y es precisamente aquí, donde observamos una notable diferencia de oportunidades para chicos y chicas, claramente en favor de estas últimas.

AGM Sports es una de las principales empresas dedicadas a la gestión de estas becas, habiendo ayudad a más de 1200 estudiantes en nuestros país. En 2013, Gonzalo Corrales, Director General de la compañía escribió un artículo  en la revista ITF Coaching and Sport Science Review en el que hacía referencia a este desequilibrio.

"Existen 950 universidades con equipos de tenis para chicos, y más de 1.100 universidades con equipos para chicas, todas ellas participando en competiciones de diferentes organizaciones que existen en Estados Unidos (NCAA, NAIA, y NJCAA). Además de haber un mayor número de universidades con equipos femeninos también existen más becas para mujeres, sobre todo en NCAA Division I, donde la mayor parte de las tenistas tienen becas completas que cubren todos sus gastos [...]. El tenis femenino es el deporte que más beneficios ofrece a tenistas internacionales"

Echando un vistazo a los datos reflejados en la siguiente tabla, se puede comprobar como los chicos que quieren optar a una de estas becas han de hacer frente a mayores retos, tanto en lo deportivo como en lo económico.

Becas de tenis en Estados Unidos (NCAA)

  Masculino Femenino
Ranking nacional requerido (Division I) 50-500 20-1000
Importe medio de la beca (anual) 20.000 $ 35.000 $
Inversión media a realizar (anual) 12.000 $ 4.000 $

Sin entrar a valorar su justicia o idoneidad, este sistema de becas parece poner de manifiesto que la igualdad de acceso de hombres y mujeres a la práctica del tenis es total, y por tanto no existen barreras culturales o sexistas que determinen la diferente expectación generada por el tenis masculino y femenino. 

Fotografía: NCAA
Fotografía: NCAA

Por supuesto que el machismo sigue presente en el tenis. Lo está cuando Manolo Lama, macho alfa del neandertalismo ibérico, le comenta a Manu Carreño que "ya le gustaría empujar a Muguruza"o en el momento en el que si pones en Google Images "Maria Sharapova", no es hasta la foto número 21 en la que aparece jugando al tenis.

Resulta curioso que los medios que buscan desprestigiar a Novak Djokovic son los mismos que publican artículos con titulares como "Las diez tenistas mas sexis del mundo". No nos dejemos engañar.

Las declaraciones de Djokovic pueden abrir un debate sobre la mercantilización del deporte como espectáculo, algo obvio e inevitable. Pero generar una polémica sexista sobre ellas es alejarse de la realidad, así como una demostración de ignorancia sobre el tenis y todo lo que le rodea. No confundamos igualdad con equidad. 

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