''Estoy con ilusión, con ganas de volver a competir”. David Ferrer volverá a jugar un Masters 1000 después de mucho tiempo. Tras renunciar a Indian Wells, el alicantino regresa en un torneo en el que acarició el título en 2013. “Es verdad que en este torneo tengo recuerdos muy buenos, algunos no tan buenos, pero en general estoy contento”, apunta desde Cayo Vizcaíno.

El de Jávea, que parte como octavo cabeza de serie, disfruta de bye en la ronda inicial y espera rival del duelo que mide a Simone Bolelli y a un jugador procedente de la fase previa. Durante la celebración del sorteo del cuadro el director del Masters 1000 de Miami, Adam Barrett, lo presentó como “uno de los favoritos y más queridos” entre las espadas que forman parte del cartel de su torneo. “Tampoco escuché mucho porque estaba pendiente del cuadro”, confiesa entre risas el alicantino. “Agradezco sus palabras. Llevo muchísimos años jugando en Miami y siempre me alegra volver aquí”, apunta.

Concretamente, esta será su 14ª participación en Crandon Park desde que se estrenó en 2003. Y es que no ha faltado a ninguna de sus ediciones posteriores. Ferrer piensa así el cambio mental que ha experimentado desde entonces hasta hoy: “La mente se trabaja en el día a día. No vas a cambiar con un click o de la nada. Te vas haciendo mayor, vas intentando ver las cosas más positivas, madurando… Se trata de trabajarlo día a día y que la gente de tu entorno te diga las cosas como son”.

Antes de encarar el segundo Masters del curso –el primero para él– repasa sus objetivos para este curso: “Siempre tengo ilusión de poder volver a jugar los Juegos Olímpicos, tener opción de medalla, es lo que más ilusión hace ahora. También conseguir algún torneo como el Conde de Godó”, concluyó.

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