Año de alegrías para Novak Djokovic hasta el momento. El serbio logró imponerse en el Qatar ExxonMobile Open, el Open de Australia y el Masters 1000 de Indian Wells, además de sumar dos puntos para Serbia en la Copa Davis, tan solo sumando una derrota esta temporada, en Dubái, ante Feliciano López, y por problemas oculares. El número uno buscaba sumar un nuevo entorchado a su palmarés, presentándose en el Masters 1000 de Miami debutando ante el británico Kyle Edmund, que llegó a la cita después de doblegar en primera ronda al checo Jiri Vesely.

Dominio aplastante del número uno en su debut

Primer turno de noche en la Pista Stadium y las gradas estaban abarrotadas para recibir a ni más ni menos que Novak Djokovic. Con tranquilidad, sin nervios y viendo en el horizonte a su rival, el tenista serbio hacía acto de presencia en pista como mejor sabía, dominando desde el fondo de pista. Con su saque subió a su casillero Novak el primer juego del encuentro, para poner contra ls cuerdas a Edmund en su saque inicial, quedando el británico a merced de las envestidas del número uno, que aprovechaba su primera bola de rotura para ir raudo y veloz hasta el 2-0 en tan solo seis minutos.

No había hecho más que comenzar el festival de juego impuesto por Djokovic en una pista que disfrutaba con los golpes del tenista serbio. Kyle no estaba nada cómodo, era incapaz de entrar en ritmo de juego y no podía hacer otra cosa que seguir el ritmo que imponía Novak, logrando el número uno disponer de dos bolas de rotura, certificando la segunda de ellas para quebrar por segunda ocasión en el partido el servicio de Edmund, colocándose con 4-0 a favor. Buscando consolidar una nueva rotura, Djokovic sufrió más de lo esperado, viendo como Edmund disponía de su primera bola de rotura, aprovechándola para recortar distancias hasta el 4-1.

Edmund intentó despertar del letargo en el que estaba sumido, pero tan solo fue un mero espejismo el resurgir del tenista británico. Djokovic se puso el mono de trabajo, siendo capaz de mover de lado a lado de la pista a su rival, con un ritmo frenético ante el que Kyle no podía hacer nada para responder. El británico fue capaz de ganar sus servicios, sí, pero no pudo hacer nada al resto, donde Djokovic mantenía una tensa calma que le permitía llegar hasta el 5-3, cerrando la primera manga por 6-3 después de tan solo 35 minutos de partido.

Kyle Edmund lo intenta, pero termina sucumbiendo ante el poder de Djokovic

Un pequeño descanso permitía que Djokovic y Edmund recuperaran fuerzas para afrontar la segunda manga. Novak comenzó pegando fuerte al resto, disponiendo de una bola de rotura que solventaba sin problemas Kyle, llegando así hasta el 1-1, con una igualdad irreal, mostrando un bajo nivel ambos contendientes al triunfo, quedando por delante un interesante parcial ante la relajación del número uno, que viendo su claro dominio no quiso desgastarse demasiado.

A las primeras de cambio perdonó, pero en la segunda oportunidad que tuvo al resto, Djokovic no dudó en aprovecharla para irse raudo y veloz hasta el 3-1, desde donde afrontar el desenlace del partido sería mucho más fácil para el tenista serbio. De ahí en adelante los problemas fueron inexistentes para Novak, que sacó a pasear su dominio aplastante para llevarse el segundo set por 6-3, y por ende solventar su debut en el Masters 1000 de Miami por 6-3 y 6-3 después de una hora y veinte minutos de partido. En la tercera ronda del torneo americano, Novak Djokovic se batirá en duelo con el portugués Joao Sousa, que se impuso a Vasek Pospisil.