En las pistas es un auténtico depredador, pero en las ruedas de prensa Novak Djokovic demuestra que también es un número uno y responde con contundencia y claridad a la avalancha de preguntas de la prensa. Tras su partido de octavos de final ante el joven austriaco Dominic Thiem, que ganó 6-3 y 6-4 salvado 14 bolas de break, el serbio alabó a su rival y reconoció que no fue fácil derrotar al austriaco. "Tuve un poco de suerte en el último juego donde falló un par de derechas fáciles para mantenerse en el partido. Creo que me mantuve firme en los momentos importantes, donde simplemente le hice jugar y correr. Por su tipo de juego, es capaz de pegar unos disparos muy potentes desde el fondo y, o consigue un puntazo o la falla. Es un poco cara o cruz", explicó Djokovic. El serbio tuvo muchos problemas para romper el saque de Thiem. "Me costó un poco leer su servicio. Le pegaba con mucho kick para abrir pista y me presionaba mucho a mí con mi segundo saque. Ha jugado con una buena táctica", reconoció el número uno del mundo.
En cuanto al juego del serbio, todos los expertos y aficionados del tenis saben que el tenis del serbio ha caído en esta gira americana. Bendita caída porque aún así acumula Indian Wells y va en busca de su sexto torneo Masters 1000 de Miami. Aún así, Djokovic es muy crítico consigo mismo y considera que tiene cosas que mejorar. "Creo que una de las razones por las que sigo trabajando duro es porque creo que todavía puedo mejorar. Tengo mucha confianza en mí pero también soy muy crítico con mi juego. Siempre encuentro cosas sobre las que trabajar y mejorar", comentó el serbio.
Ante el duro partido que planteó Thiem, Djokovic no dudó en la rueda de prensa posterior al partido en deshacerse en halagos hacia el que él considera "uno de los líderes de esta generación". "No hay dudas sobre ello. Se ha establecido como top 20 y cada vez es más consistente. El tenis necesita a la siguiente generación de jóvenes y ver nuevas caras que liderarán este deporte en el futuro", añadió Nole.
Kyrgios, Dimitrov, Nishikori, Tomic, Coric o el propio Thiem son, sin duda, los futuros dominadores del circuito profesional, aunque reconoce que el tenis de hoy les complica escalar posiciones y mantenerse regular físicamente. "No hay dudas sobre ello. Se ha establecido como top 20 y cada vez es más consistente. El tenis necesita a la siguiente generación de jóvenes y ver nuevas caras que liderarán este deporte en el futuro", explicó Djokovic.
Finalmente, el serbio trató un tema que el viene acompañando desde el año 2011, año del salto cualitativo de Djokovic en su carrera, hasta ahora: su afinidad con los espectadores. A cada ciudad en la que aterriza el circuito ATP siempre hay una gran expectación por ver a los mejores tenistas del mundo: Nadal, Federer, Murray o Wawrinka. Sin embargo, Djokovic no despierta tantas simpatías entre los aficionados y eso se demuestra en los partidos, donde el público se posiciona del lado del rival del serbio. Djokovic quita hierro. "Por supuesto que me gustaría que la mayoría de la grada me apoyara y que esté detrás mía en los momentos importantes porque ese tipo de apoyo te quita presión y te da fuerza para encontrar todo tu potencial. Obviamente, es mejor tener a la grada de tu lado que del contrario pero obtengo mucho apoyo de ellos. No importa a quienes apoyen, yo tendré que seguir haciendo mi trabajo", concluyó Djokovic.