En el mundo del tenis no todo se decide debido al trabajo y al talento. Sí la mayor parte, son los pilares fundamentales. Pero la magia del deporte también reside en ciertas casualidades y momentos. El tenis no es una excepción. Casualidades, para quien crea en ellas, o una serie de circunstancias que hace que se cumplan ciertas reglas no escritas. La primera, por ejemplo, dice que después de hacer el partido de tu vida, pierdes; que se le pregunten a Jiri Vesely, barrido por Gael Monfils tras acabar con la inmortalidad de Novak Djokovic.

La segunda trata de los Lucky Loosers, en este caso, Marcel Granollers. Dicha regla dice que el Lucky Looser, por el hecho de ser eso, un 'perdedor' con una segunda oportunidad, dará la sorpresa y llegará lejos. El español cumplió y se plantó en cuartos de final del Masters 1000 de Montecarlo tras derrotar a David Goffin, uno de los jugadores más en forma del circuito. Un Lucky Winner.

Tas dar la campanada, Marcel Granollers debía medirse a Gael Monfils, precisamente el verdugo de Jiri Vesely en la ronda previa. El francés debía lidiar de nuevo con uno de esos fenómenos no escritos en el mundo del tenis en particular y del tenis deporte en general, precisamente ahora, atravesando un pletórico momento de forma. Al final, tras plena batalla de otros factores ajenos al trabajo y al talento, el exultante estado de Gael Monfils acabó 6-2 y 6-4 tras una hora y catorce minutos con la condición de Lucky Winner de Marcel Granollers. Quizás, las casualidades no existen. O quizás sí.

Francia contará con un representante en 'su' final en Mónaco: Jo-Wilfried Tsonga y Gael Monfils se medirán en 'semis'por ese honor Gael Monfils, ante su público, probablemente ya sabía que, minutos antes, su compatriota Jo-Wilfried Tsonga había tumbado a Roger Federer y que, por tanto, Francia contaría con un representate en 'su' final en el Principado de Mónaco. Y el de Marsella lleva toda la semana presentando credenciales como firme candidato.

No empezó con buen pie Marcel Granollers, quizás poco acostumbrado a disputar tantos partidos consecutivos en la modalidad de individual en detrimento de los dobles, o quizás superado por la situación. El público francés, extramotivado, no solo por defender a su jugador, contaba con el aliciente de que un español se encontraba al otro lado de la cancha. Mónaco fue una caldera, casi propio de un partido de Copa Davis.

El español concedió así un break inicial y cedió la iniciativa a Gael Monfils desde el primer momento del envite. El francés tampoco estaba por 'casualidad' en cuartos de final, durante toda la semana ha estado siviendo de manera muy sólida y, apoyado en su gran revés y explosividad, apenas ha pasado apuros. Contra Marcel Granollers no cambió la dinámica.

Gael Monfils defendió todos sus turnos de saque y ni siquiera concedió una oportunidad de break al español, lejos de poder hacer tambalear el saque del galo. Sin embargo, Marcel Granollers si volvió a presentar tal ocasión a su adversario con una diferencia definitva: el local sí la aprovechó.

Segunda rotura para el francés para colocarse plácidamente 5-2 sobre Marcel Granollers y con saque para cerrar la manga, como buenamente cumplió. Sin dificultades, muy cómodo sobre la arcilla monegasca, tras el primer parcial, que terminó 6-2, no había sorpresa en el Principado.

Tras el paso por banquillos, el catalán respiró hondo y se mentalizó para obrar la machada. Y hubo conato. Marcel Granollers salió más centrado que su rival y logró quebrar en el segundo juego de la manga, después de un juego en blanco para abrir el set y la posterior confirmación, también en blanco. Resultado: 0-3 en el marcador tras un parcial de doce puntos por tan solo  uno anotado por el galo.

La bestia, sin embargo, despertó de su letargo. El francés igualó el set en un abrir y cerrar de ojos tras quebrar en el quinto juego y confirmar la rotura, un igualado 3-3 imperaba en el tanteador, a la espera del próximo tenista capaz de desnivelar la balanza y tomar la iniciativa.

Marcel Granollers tuvo un 0-3 favorable en la segunda manga, pero Monfils despertó y volteó la situaciónEl francés tenía claro que, ante su gente, el ganar era un deber. Defender la casa ante el extranjero es una obligación de por sí en el mundo del deporte, pero más cuando el tenis francés no pasa por su mejor momento. Y, tras un arreón final, el momento acabó con la casualidad.

Gael Monfils quebró en blanco con empate a cuatro en el marcador y cerró el encuentro también dejando a cero a su rival. Autoridad a la hora de la verdad para refrendar su estado de forma y reeditar las semifinales conseguidas en la pasada edición, donde esta vez se medirá en un duelo fraticidada a su compatriota Jo-Wilfried Tsonga, quien dio la sorpresa tras tumbar a Roger Federer.

Marcel Granollers se despide de este modo del Principado y empieza con buenas sensaciones la temporada de tierra. Cabeza bien alta tras su andadura sobre la arcilla monegasca, algunos pensarán en que fue una casualidad que el español se colase entre los ocho mejores del torneo. Sin embargo, en el mundo del deporte, se demuestra que las casualidas no existen, todo se decide a base de trabajo y talento... y momentos.