Tomar decisiones acarrera riesgos, nadie está exento de equivocarse. Es muy probable que Australia se las prometiera muy felices al elegir tierra batida como superficie sobre la que disputar su eliminatoria contra Estados Unidos. Con la posibilidad siempre acechante de que las hermanas Williams acudieran a la cita, el albero se erigía en un arma que contrarrestara el poderío de éstas. Sin embargo, ni Serena ni Venus comparecieron, provocando que dos jóvenes llamadas a grandes cotas de éxito, fueran de la partida. Y ellas sí están cómodas sobre el polvo de ladrillo.

Keys encuentra la llave en el duelo juvenil

Apabullante. Siempre llevando la iniciativa, metida en pista, tirando con potencia y martirizando a una Gavrilova excesivamente conservadora. Así fue el partido de una Madison Keys que dejó atrás los titubeos y sensaciones poco halagüeñas de inicios de año. Su lesión en Melbourne ha lastrado su rendimiento en meses venideros, pero ésta gran victoria puede ser un punto de inflexión.

No tuvo reparos en coger la manija del partido y las estadísticas así lo atestiguan. Gavrilova finalizó el primer parcial con dos golpes ganadores y seis errores no forzados, siendo incapaz de imponer su estilo ante una Keys desatada. La estadounidense aprovechó las dos bolas de break de las que dispuso, reponiéndose de la pérdida temprana de su saque.

Gran encuentro de Madison que se impuso por 6-4 6-2

El segundo parcial fue catastrófico para los intereses de la australiana, que intentó buscar algo más con sus golpes pero solo encontró errores. Keys seguía dominando y enlazó catorce golpes ganadores y apens siete errores no forzados. Dominio absoluto que le permitió cerrar el partido en 77 minutos.

McHale vaticina el relevo generacional

Las jóvenes vienen pegando fuerte, y ostentan una proyección más que notable. A sus 23 años, no es la jugadora más mediática ni la que tiene una progresión más notable, pero McHale evoluciona cada día un poco más. Sin prisa, sin alardes, sin hacer ruido. Es 57 del mundo, y si logra dar continuidad al nivel de juego del que hizo gala contra Stosur, pronto ascenderá más posiciones.

Christina McHale en Fed Cup 2016. Foto: fedcup.com
Christina McHale en Fed Cup 2016. Foto: fedcup.com

Dominio aplastante de Stosur en el primer parcial, que se fue diluyendo completamente

La veterana Samantha se las prometía muy felices en el tramo inicial de encuentro, cuando fue eternamente superior. Llegó a provocar la friolera de diez bolas de break, de las cuales tan solo pudo aprovechar dos. Esta capacidad de recuperación por parte de la estadounidense, fue la primera señal del carácter que demostraría en sets sucesivos.

Todo cambió. Stosur comenzó a precipitarse, a querer ganar rápidamente, y se olvidó de que enfrente tenía una jugadora que no se iba a rendir. McHale no dudó, y aprovechó la precipitación de la australiana para tomar pronta ventaja en el marcador. Lo logró de manra brillante, cerrando la segunda manga por un contundente 6-1.

Stosur salvó hasta ocho bolas de break en el tercer parcial, pero acabó sucumbiendo al empuje de McHale

La batallá regresó en el tercer parcial, donde Stosur intentó agarrarse a pista, con más corazón que cabeza y tenis. Ambas jugadoras asumieron riesgos, sumando 30 golpes ganadores entre ambas. Los errores también se sucedieron, más por nerviosismo y cansancio que por elegir. La gran calidad imperante en el partido no hacía sino incrementar la tensión, y ahí McHale no dudó. Terminó haciendo un break que se había merecido hacía tiempo, para dar una puntilla casi definitiva a la eliminatoria.