Todas las victorias se consiguen con la raqueta, pero algunas también con el corazón. Para llegar a la final número 100 de su carrera, Rafael Nadal dejó libre su espíritu indomable para que le abriese la puerta de la remontada en un partido muy, muy complicado. Ocurrió en las semifinales de Montecarlo, donde Andy Murray volaba en cohete hacia la victoria, donde ganó el primer set dominando a placer. Sin emabrgo, el orgullo del número cinco es gigante. Así, el campeón de 14 grandes remontó (2-6, 6-4 y 6-2) a Murray para llegar a este encuentro decisivo en Montecarlo.

La eliminación de Novak Djokovic en su primer partido ante Jiri Vesely abría la puerta de las oportunidades al resto de jugadores. Todas las raquetas sonrieron tras la caída del serbio al saber que no tendrían que cruzarse con él durante esta semana. Gael Monfils ha sido el hombre encargado de aprovechar el vacío del 'ogro' del vestuario.

Primer set de leyenda. Brutal batalla física entre extraterrestres.

Ambos ganaron su primer juego al servicio, faena siempre complicada en un partido de estas dimensiones donde los nervios deberían estar a flor de piel. Pero, hasta aquí llegó la normalidad. El español salvó la primera bola de 'break' del partido y le quebró el saque a su rival en el cuarto juego del partido en su primera oportunidad, para establecer  el 3-1 a su favor. Sin embargo, el marcador establecía el 3-3 minutos después tras una increíble recuperación de Gael. El jugador nacido en París estaba desatado en ese momento ante su público, pero enfrente tenía a Rafael Nadal, palabras mayores. Salvó el siguiente juego, muy complicado, con su saque, y rompió el de su contrincante para establecer un siempre cómodo 5-3. Despertaba de su letargo la bestia Nadal y esto hizo despertar también a la bestia Monfils. A partir de este momento se vio un partido de otro mundo, unos puntos impresionantes que desataban a todas y cada una de las personas del público. El pupilo de Mikael Tillstrom llevó el partido al 5-5 tras dos juegos dignos de grabarlos y verlos una y otra vez. Un extraordinario despliegue físico del francés, que daba la imagen de estar 'muerto', y que salvó 3 bolas de set. El de manacor se repuso a este revés psicológico y tras ganar su siguiente saque, tuvo otras dos pelotas de set más que, por fin, aprovechó la segunda de ellas para cerrar un memorable primer set por 7-5, que duró, nada más y nada menos que, una hora y cuarto.

'La pantera' encuentra una bombona de oxígeno.

Rafa se encontraba cerca de su mejor nivel. Reveses largos, derechas ganadoras, rápido de piernas, ritmo alto y solventando situaciones difíciles. Pero el primero en golpear primero en este segundo set fue el número 16 del mundo, que no se da por vencido nunca. Se colocó 3-1 a su favor, tras un rotura y tras salvar un 0-40. Para entonces, Nadal ya sabe que ganar le va a exigir ir al límite. El español sufría en la tortura que destapa cada punto. El sudor le resbalaba por la cara a toda velocidad. Su gesto era el de alguien que disfruta, aunque está pasándolo mal. Pero es un toro y lo volvió a demostrar. Estableció el 3-3 en el luminoso, estallando en un mar de aullidos y puños agitados. Momentos complicados son lo que le gustan a Monfils para sacar a relucir su 'show', por lo tanto, realizó otra rotura más al español que provocó una explosión de festejo en la grada tras un gran 'winner' de derecha paralela. 'Break' tras 'break' y tiro porque me toca, en esto se resume el segundo parcial. Ahora, turno de Nadal para poner el 4-4. Increíble partido de ambos desde el fondo de la pista, no tanto a la hora de ejecutar sus servicios. Con el 5-5 en el marcador y saque de Rafael, se produjo un juego larguísimo donde ambos estaban al límite y, tras cuatro oportunidades, Gael se apuntó otra rotura y la opción de llevar el partido a la manga definitiva ganando su posterior servicio. Así fue, con un par de saquetazos, el francés se hizo con el segundo set por 7-5 tras algo más de una hora. Primera final de Masters 1000 que se va al tercer set desde Canadá'15. Nadal ha concedido muchas opciones con su servicio. Monfils le ha dañado su segundo servicio (17%). Pocos 'winners' (6) del manacorí. Monfils en modo defensa sólida desde el fondo hacía que Nadal no encuentrase la forma. Ansiedad. La pantera ruge.

Rosco y un título más que emocionante.

Sin hablar de cosas tácticas o técnicas, por la consistencia, madurez y determinación con la que empezó Rafa el segundo set, debería llevárselo, pero como el partido nos ha demostrado, ambos tienen más vidas que un gato. El mallorquín empezó arrasando a un Monfils que lo seguía intentando pero que la paliza física a la que se estaba sometiendo la empezaba a pasar factura. Un Monfils totalmente fundido que apenas levantaba la cabeza mientras caminaba sobre la pista. No fue un final justo para el mejor partido del año hasta el momento. Finalmente, Nadal acabó llevándose el torneo con un doloroso rosco (6-0) tras casi tres horas de partido. Enorme.

Finales que Nadal cerró con un rosco: Acapulco 2005 (Montañés) Barcelona 2006 (Robredo) Roland Garros 2008 (Federer) y Montecarlo 2016 (Monfils).

Rafael Nadal vuelve a ganar un Masters 1000 tras 1 año, 11 meses y 6 días (Madrid 2014). Es el tiempo más largo que ha esperado, pero así sabe mejor. A Nadal le podría haber fallado la cabeza o los golpes, pero nunca el corazón. Gran victoria de mucho coraje en Montecarlo. King is back!

Fotografía: @TennisTV
(Fotografía: @davidjnadal)

''Va por ti abuelito''. Rafa le dedicó la victoria a su abuelo Rafael, recién fallecido. Ejemplazo.

Años consecutivos ganando al menos UN título ATP

Roger Federer [