No hay manera. Cuando parece que se ha calmado, que está comenzando a asentar la cabeza y que verdaderamente está interesado en el tenis, el joven australiano sigue sin despegar con resultados destacables. Ha tenido alguna escaramuza a lo largo del transcurso de 2016, como sus semifinales en Brisbane, octavos de final en Australia, el puesto de finalista en Acapulco, pero el viento ha dejado de correr por la cabeza de Tomic.

Su juego es talentoso, estrambótico e imprevisible, y su mayor rival es él mismo. A Tomic le falta muchísimo trabajo físico para poder moverse eficientemente sobre la pista, así como carácter ganador y motivación. Ha dado que hablar por motivos extradeportivos en numerosas ocasiones, y parece que se postula para seguir haciéndolo.

Haase aprovecha la displicencia del aussie

Es un jugador que no da lugar a la relajación. Tiene altibajos durante toda la temporada pero mantiene unos "servicios mínimos" que le hacen estar en el top-100 y siempre dispuesto a dar un salto cualitativo. El holandés se desplaza bien por la pista y es capaz de jugar muy bien en tierra batida.

Saltó a pista consciente de que su experiencia podría ser un gran aliado al enfrentarse a un jugador tan inestable como Tomic. No eludió el cuerpo a cuerpo, pegando mucho e intentando dominar en todo momento. El primer set fue muy igualado e intenso, y se resolvió en el tiebreak tras un intercambio de roturas de servicio. Allí, Haase supo dominar mucho mejor sus nervios y tomó ventaja.

Robin Haase en 2015. Foto: zimbio
Robin Haase en 2015. Foto: zimbio

Haase llevó las riendas del encuentro en todo momentoNo hubo una reacción radical de Tomic, sino más bien fue Haase el que con su desacierto en momentos cumbre, evitó que el partido terminara en dos parciales. Y es que el holandés tuvo seis bolas de break, sin poder aprovechar ninguna, lo que le acabó pasando factura. Tomic dio un golpe encima de la mesa en el undécimo juego y parecía que impondría su mejor ránking.

Pero con un jugador como éste nada se puede dar por hecho. Volvió a pararse de piernas, a rumiar entre dientes cada uno de sus errores, y a desperdiciar opciones de ponerse por delante. Haase recuperó el vigor y terminó haciéndose con un triunfo muy meritorio. Fernando Verdasco será su rival en los cuartos de final.