Dos miembros de la generación del 93 se dieron cita en un apasionante duelo, disputado en el ocaso de Estambul en un día esplendoroso de tenis. Los turcos son una afición apasionada, y la expectación era máxima por ver al único tenista capaz de ganar a Novak Djokovic en lo que va de 2016, excluyendo el triunfo de Feliciano López en Dubai por retirada del serbio.

Jiri está en franca progresión, erigiéndose en un jugador con un futuro esplendoroso, y tremenda habilidad para competir sobre tierra batida. Su condición de zurdo confiere a su tenis una peligrosidad extra, aunque ante Carballés-Baena el gran diferencial fue la consistencia física y mental.

Carballés-Baena fue mejor mientras el físico le aguantó

Señales muy positivas para el tinerfeño, empeñado en acceder al top-100 explotando su habilidad innata sobre polvo de ladrillo. Roberto es el prototipo de jugador español de hace años, consistente de fondo de pista, aguerrido y talentoso. Se encuentra en un momento clave de su carrera profesional, y este partido ha de servirle como acicate para seguir buscando alcanzar sus objetivos.

El primer set transcurrió por los cauces de la máxima igualdad. Vesely salió demasiado confiado a la pista, y pronto pudo comprobar que Roberto iba a ser un hueso muy duro de roer. Intenso, sin perder pista en ningún momento y variando con dejadas y subidas a la red. Llegó al tiebreak y aprovechó la certeza de no tener nada que perder, para estar mucho más fresco de mente en los momentos cumbre.

El rival de Vesely en cuartos de final será Grigor Dimitrov

Tras adjudicarse la primera manga, Roberto salió pletórico y tuvo opciones claras de adelantarse en el marcador, pero Vesely se puso el mono de trabajo e hizo un break de inicio. Esto fue el principio del fin para Carballés-Baena, que no pudo volver a la buena dinámica del primer set, acusando el desgaste físico que le exigió el primer set. Vesely impuso su tenis variado y sometió al tinerfeño, haciendo valer su mucho mejor ránking.