Fiesta española la celebrada en el ATP 250 de Estoril. Dos españoles se medían frente a frente en la final del torneo portugués. El regreso de Nicolás Almagro a una final ATP frente a la joventud e inexpereriencia de Pablo Carreño. 

El encuentro se presentaba apasionante, atendiendo al gran nivel de ambos jugadores a lo largo de la semana, venciendo ante tenistas con mejor ránking y que eran favoritos a conquistar el título sobre Estoril, pero fue demasiada carga de partidos para el murciano. Hizo un sobreesfuerzo a lo largo de toda la semana, y no ha podido despedirse del torneo como hubiera querido. Carreño no se apiadó, y buscó definir el encuentro por la vía rápida, a dos sets, pero se encontró con un Nicolas Almagro que está viviendo su segunda joventud.

Finalmente, Nicolás Almagro consiguió llevarse el partido tras vencer por 6-7 (6), 7-6 (5) y 6-3 en un encuentro que se alargó a las dos horas y 35 minutos de partido.

Un tie break para cada uno

Desde el principio se vio que Almagro no tenía sensaciones. Lento de piernas, sin ideas y precipitándose sobremanera buscando el ganador, a pesar de conseguir el primer break del encuentro. Carreño se agarró a la pista con maestría, y jugó profundo y potente, pero con mucho margen. Hizo una magnífica lectura del duelo, y fue consciente de que si apretaba los dientes, Almagro le entregaría el duelo. Cuando Almagro disponía de su saque para cerrar el primer set, apareció el buen tenis de Carreño para empatar el encuentro. El primer parcial se iba a decidir en el tie break, y allí comenzó el espectáculo. La derecha paralela de Carreño frente al revés cruzado de Almagro, simplemente brillante y espectacular. Finalmente un error de Nico con su revés provocó que Carreño se llevase el primer parcial y tener más cerca el sueño de levantar su primer título ATP.

Nicolas Almagro | Foto: Zimbio
Nicolas Almagro | Foto: Zimbio

Remontada épica de Almagro

El segundo set cogió la misma dinámica que el primero, con ambos tenistas manteniendo con extrema firmeza sus respectivos saques y sin apenas inquietar el servicio de su rival. Carreño estaba nervioso, veía su primer título ATP tan cerca y a la vez tan lejos que en el tie break esa presión le hizo pasar factura. Nico Almagro tiró de veteranía y consiguió cometer menos errores para igualar el partido a un set. Todo se iba a decidir en el último set.

Emoción hasta el final

Ambos tenistas llevaban caras de notable cansancio, no era para menos, llevaban dos horas de partido y aun le faltaba disputar el tercer y definitivo set. 

Nicolas Almagro comenzó algo más enchufado el tercer parcial, consiguiendo romper el servicio de Pablo Carreño en el tercer juego para coger una ventaja que iba a ser notable para el devenir del set. Con 3-5 en contra y su saque a favor, Carreño salvó dos bolas de partido, pero tan solo alargó lo que parecía inevitable, su derrota.

Meses de dudas sobre su rendimiento físico, tenis anquilosado, inseguridad en sus golpes, falta de autoestima y ansias por volver a ser lo que fue, Nicolás Almagro volvió a levantar un título cuatros años más tarde. Pablo Carreño por su parte tendrá que esperar para levantar su primer torneo ATP.

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