Días complicados para las favoritas, en los que llevar este cartel parece ser motivo suficiente para verse fuera a las primeras de cambio. Vinci, Kerber, Radwanska o Svitolina son solo algunas de las que partían como serias candidatas al título, y no han podido ganar ni un solo partido. Kvitova salió avisada, y consciente de que su duelo ante Vesnina tenía mucho peligro.

La rusa procedía de la fase previa, y está jugando a gran nivel en este 2016. Kvitova supo gestionr sus emociones, y elegir el golpe preciso en cada instante. Esto le permitió no dejarse enmarañar en la red tejida por la rusa a base de cambios de ritmo y subidas a la red. Partido variado y bonito que hizo las delicias del público madrileño.

Sin concesiones al servicio

Sacan bien, tiene un gran revés y golpes potentes, pero ambas mantienen un estilo distinto entre sí. Vesnina no escatima en artificios preciosistas pero efectivos para lograr puntos; ágil en la red y con gran habilidad para caminar hacia delante, la rusa es una jugadora clásica que no requiere de tanta potencia como otras para ganar puntos.

Le faltó más mordiente con golpes cortados para incomodar a una Kvitova a la que la altitud de Madrid parece venirla genial. Sus golpes adquieren una potencia que obliga a recular a sus rivales, y la checa despliega el aura ganadora que la acompañó durante toda la edición de 2015. 

Kvitova no perdió su saque en todo el partido

Se mostró muy segura con su servicio, neutralizando la única oportunidad de la rusa para quebrar su servicio en el primer parcial. Hizo break y no tuvo apuros para mantenerlo. La segunda manga siguió un patrón muy similar, con Vesnina siempre en el alambre y Kvitova inquietando. Volvió a romper el saque, esta vez en el séptimo juego, y tuvo alguna dificultad para neutralizar los últimos coletazos de resistencia de la rusa, pero pudo cerrar el partido con solvencia.