Es bien reconocido por todos los jugadores hispanos, lo especial que supone jugar ante un público tan impetuoso como el español. Hace tan solo unos días, Feliciano López reconocía que el público madrileño genera situaciones más propias de Copa Davis que del circuito ATP, y eso hace mejorar las prestaciones de los tenistas nacionales.

Uno de los agraciados en esta jornada fue Albert Ramos, que encontró en la grada la lanzadera ideal para desplegar el gran nivel de tenis del que está haciendo gala a lo largo de toda esta temporada. En su camino al top-50, una victoria ante un jugador de mejor ránking que el suyo supone una gran noticia, y un notable acicate de cara al futuro.

Inconmensurable aprovechando sus opciones

En un partido ajustado, se antoja clave manejar sin nervios los momento de máxima tensión. Así lo hizo Albert Ramos, encontrando la complicidad del público y sacando de pista una y otra vez a un Chardy algo timorato. Se desencadenaron peloteos largos, con gran efecto liftado, en el que la condición de zurdo del catalán martilleó la resistencia gala.

Ramos aprovechó las tres bolas de las que dispuso a lo largo del encuentroHubo un intercambio de breaks en los compases iniciales, cuando la tensión competitiva aún no era mucha, hasta que Albert diera el zarpazo definitivo en la siguiente y única bola de break que tuvo en la primera manga. En un visto y no visto, el español se vio con ventaja y esto fue muy beneficioso para su moral.

Chardy no encontró más argumentos para revertir la situación, y se limitó a buscar ser algo más agresivo aunque incurriendo en una cierta precipitación. Victoria de mucho mérito para Ramos, cuyo siguiente rival le exigirá aún más. No es la tierra batida la superficie favorita del galo, pero la potencia de sus golpes hará que el español tenga que hacer un sublime encuentro para lograr dar la campanada.