Uno de los encuntros más apasionantes y de mayor expectación en los octavos de final durante la jornada del jueves era el disputado entre Milos Raonic y Jo-Wilfried Tsonga. Ambos con buenas sensaciones en sus raquetas durante esta semana y la anterior en Montecarlo prometían un partido de  lo más lujoso y no fue para menos. Raonic, poco a poco se va encontrando más cómodo sobre la tierra y el juego que desplega transmite mucha confianza. 

El partido maratoniano que Tsonga disputó ayer de madrugada frente a Albert Ramos le pasó factura a la hora de encarar el encuentro de octavos. No comenzó con esa frescura de piernas y esa agresividad a la que nos tiene acostumbrados.

Raonic se aporvechó del lento comienzo de partido y en un abrir y cerrar de ojos consiguió la primera rotura. Con 2-0 en el marcador, Milos tuvo una oportunidad de sentenciar practicamente la primera manga pero se esfumó tras una golpe ganador de derecha de Tsonga que apesar de ir por debajo en el marcador no se arrugó e intentó sacar su repertorio de golpes a relucir. Un saque de lo más eficaz y contundenteRaonic se mostró intratable al servicio, cediendo tan solo tres puntos en el primer set. Esto le permitió apuntarse la primera manga por un resultado de 6-4. 

Tsonga quería mantenerse con vida en el partido y no le quedó otra opción que empezar con energía y chispa el segundo set. Unos juegos iniciales muy igualados jugados a cara de perro dieron mucho de que hablar ya que el nivel de tenis era extraordinario. Con el marcador 2-1, Tsonga dispuso de la primera y única bola de rotura del partido, pero a Milos no le tembló el pulso y solventó el juego con determinación. Tsonga, frustrado por desaprovechar la ocasión perdida de poder poner tierra de por medio en el set, cometió un par de errores no habituales en un jugador de su nivel y dejó entrar en el partido al candiense. El pupilo de Moyá puso una marcha más en su juego y consiguió romper el servicio consiguiendo el break. Mantuvo el apabullante servicio hasta el final del partido siendo tal su arma principal. Tras una hora y 12 minutos cerró el partido por 6-4 y 6-4.

El próximo rival de Raonic en los cuartos de final en Madrid es nada más y nada menos que el actual número 1 del mundo Novak Djokovic. El serbio es le principal favorito para acceder a las semifinales pero seguro que el candiense no se lo va a poner nada fácil.