El de Dunblane comenzó su andadura en Madrid con dudas contra Stepanek, pero poco a poco las ha ido despejando hasta llegar a la brillante actuación que se ha vivido en la pista central de Madrid. La víctima pudo haber sido cualquiera, pero le tocó el tormento al checo Tomas Berdych que llegaba cargado de ilusión para intentar recuperar sensaciones en la capital española, pero Murray no le dio oportunidad de brillar y su juego, que rozó lo mediocre, se vio superado en todo momento por el estado de gracia en el que se encontró el escocés.
El partido comenzó con el partido entre los mismos protagonistas hace tres años en el mismo escenario. También en cuartos de final se enfrentaron en 2013 ambos tenistas bajo el sol madrileño. Sin duda Berdych buscaba el mismo partido que le llevó a las semifinales hace ya tres años. Pero desde el principio del partido se vio que no iba por el mismo camino. Murray, que comenzó muy intenso, rompió el primer servicio de Berdych que se vería obligado a jugar el primer set a remolque del escocés. Murray estaba inconmensurable y el checo no veía por donde meter mano a su rival. Los servicios de Murray iban fuertes y bien dirigidos y los segundos golpes eran brillantes, con lo cual Berdych no tuvo oportunidad de igualar la primera manga y la terminó perdiendo.
El checo quería hacer borrón y cuenta nueva en el segundo parcial, pero Murray mejoró todavía más si cabe. El británico se atrevía con un amplio repertorio de golpes y unos servicios a la altura del mejor sacador. Berdych, que comenzó muy centrado, se fue apagando y su rival aprovechó las flaquezas del checo para poner dos roturas que le encarrilaron el partido y el pase a las semifinales.
Murray se paseó por el Estadio Manolo Santana y llega cargado de moral a las semifinales. Desde el resto estuvo pletórico, pero lo hizo mejor en el servicio donde sol concedió un punto en el segundo set. Las sensaciones no pueden ser mejores para enfrentarse en las semifinales al vencedor del duelo entre Rafa Nadal y Joao Sousa.