Irrupción meteórica, expectativas por las nubes y gran osadía. Son tres de los factores que aúna Taylor Fritz, un diamante en bruto que hizo tambalearse el circuito ATP allá por el mes de febrero, con actuaciones estelares en Memphis y Acapulco. Dio continuidad a su gran estado de forma en Miami, antes de buscar puntos en eventos Challenger. Llegó la tierra batida, y el bueno de Taylor, con la clasificación para Roland Garros asegurada, no tuvo reparos en viajar por Europa e intentar mejorar en una superficie que se antoja a los grandes jugadores estadounidenses, históricamente.

Se topó con un veterano curtido en mil batalls, como es Radek Stepanek, con el que cayó derrotado tanto en Madrid como en Roma. Sin que eso le haya desmoralizado, se presenta en Niza con la esperanza de cuajar una buena actuación que le haga llegar con moral y energías renovadas a París.

Grandes sensaciones y seriedad en momentos clave

Si por algo asombra Fritz, no es solo por su juego potente e incisivo, sino por la actitud ganadora y buena canalización de errores que tiene. Los 18 años que gasta en carnet de identidad no se corresponden con la madurez de la que hace gala este jugador surgido de las catacumbas, y cuyo salto del circuito junior al profesional ha sido meteórico.

Pocos esperan que un tenista de sus características pueda hacerlo bien sobre tierra batida, por lo que no tiene nada que perder. Ante Marchenko demostró estar motivado y con ganas de olvidar de una vez por todas la figura de Radek Stepanek, su bestia negra en dos smanas consecutivas. Se topó con un Marchenko que ha ido de menos a más en esta temporada, y que intentó todo para frenar el caudal de tenis de Taylor.

Inquietó al resto desde los compases iniciales el bueno de Fritz, pero no pudo culminar la faena al dejar escapar cuatro bolas de break. Seguro al servicio y aceptando que no sería tan eficiente sobre polvo de ladrillo como acostumbra a serlo en pista dura, Taylor mantuvo la calma y eligió bien sus golpes en el tiebreak. 

Fritz aguantó la presión al resto de Marchenko durante todo el segundo setEl hecho de ganarlo le confirió una gran motivación, y sumió a Marchenko en una cierta desazón. Lo aprovechó a las mil maravillas Fritz para hacer un break que a la postre fue decisivo gracias a su aplomo al servicio. Una victoria que le da confianza y le permitirá afrontar con ilusión el reto que supone jugar contra Gilles Simon en su propia casa.