El rey de la tierra batida, vuelve a su torneo preferido, al torneo donde hizo historia y donde intentará conseguir su décimo entorchado en Paris. Nadie puede dudar que Rafael Nadal reina en la arcilla. Nueve Roland Garros, cinco de ellos consecutivos, veinte Masters 1000 conseguidos sobre su superficie predilecta y un récord de 70-2 sobre la arcilla parisina. Sin duda unos datos espectaculares que hacen que Rafa sea serio candidato a conseguir un nuevo Grand Slam en sus vitrinas, sin embargo sus resultados recientes hacen que el optimismo con el que el mundo veía saltar a Nadal a la Philippe Chatrier años atrás haya mermado un poco, debido a sus lesiones y la pérdida un poco de su fortaleza mental.

La confianza en Nadal no es la misma que otras veces, aunque cabe decir que está un poco mejor en estos últimos meses. El mundo sabe que Nadal no está bien y Rafa sabe que no es su mejor momento. Pero cuando el Rey de París y de la tierra batida ve aparecer la Torre Eiffel en su calendario, todo cambia y se puede disfrutar del mejor Rafa Nadal, como ya ocurrió hace dos años, cuando el tenista balear no estaba desplegando su mejor tenis, pero consiguió llevarse su noveno Roland Garros.

El mejor Rafa está de vuelta

Tras un comienzo de temporada algo irregular, con una pésima actuación en el Open de Australia, cayendo eliminado en primera ronda ante Fernando Verdasco, las dudas aparecían en la cabeza de Rafa, dudas en torno a realizar algún tipo de cambio en su juego o en su staff técnico, finalmente consiguió centrarse más en su aspecto mental y a notarse una mejoría en su juego.

Rafa participó en los dos primeros Masters 1000 de la temporada, concretamente Indian Wells y Miami, donde dio aspectos positivos y negativos en su juego. En Indian Wells consiguió vencer a numerosos tenistas y presentarse en semifinales donde cayó derrotado por 7-6 y 6-2 ante el número uno del mundo, Novak Djokovic.

Consiguió dar la cara ante Nole, pero finalmente no sirvió para derrotarle. En Miami las cosas cambiaron, Rafa tuvo que retirarse ante Damir Džumhur en segunda ronda por una deshidratación, debido a las altas temperaturas que se encontraban sobre las pistas.

El cambio pista dura a arcilla le motivó

A mediados de abril comenzaba la gira europea sobre la superficie de tierra batida, el primer torneo: el Masters 1000 de Montecarlo. Tras un cuadro complicado enfrentándose a dos 'top ten' y desplegando el mejor juego de todo el año, Rafael Nadal alcanzaba su décima final en el principado, dejando por el camino a Aljaž Bedene, Dominic Thiem, Stanislas Wawrinka y Andy Murray. Rafa se alzó con su noveno título en Montecarlo tras derrotar en la final al francés Gael Monfils por 7-5, 5-7 y 6-0, igualando de esta forma los 28 Masters 1000 del serbio Novak Djokovic.

No había descanso, tras vencer en Montecarlo, Rafa se fue a Barcelona para disputar el Open Banc Sabadell 2016, mayormente conocido como Conde de Godó, donde también tuvo una participación espectacular venciendo a jugadores como Granollers, Montañés, Fognini, Kohlschreiber y Kei Nishikori en la gran final. Con esta victoria, Nadal alcanzaba la histórica marca de nueve trofeos en el torneo condal, además de sumar su título número 69 y consigue igualar los 49 títulos en tierra batida del argentino Guillermo Vilas.

Tras dos victorias en dos semanas, Rafa se tomó un pequeño descanso para preparar Madrid. Allí comenzó a jugar a su máximo nivel, derrotando a Andréi Kuznetsov, Sam Querrey y Joao Sousa, Nadal alcanzaría las semifinales y se enfrentaría al escocés y número 2 del mundo: Andy Murray. El español acusó el desgaste físico de las semanas anteriores y cayó derrotado por 7-5 y 6-4 en un auténtico partidazo de tenis.

Para terminar su preparación para Roland Garros, Rafael Nadal disputó el Masters 1000 de Roma, con un cuadro muy complicado, teniendo que vencer a tenistas de gran peligro como Kohlschreiber o Kyrgios entre otros. En cuartos apareció la figura de Novak Djokovic con el que batalló en un partido muy igualado, pero donde el tenista balcánico fue superior en los momentos importantes del encuentro.

Roland Garros su torneo preferido

Si hay un torneo emblemático para Rafa ese no es otro que Roland Garros. Alli ha vencido hasta en nueve ocasiones (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011, 2012, 2013 y 2014), sin duda unas cifras espectaculares.

En 2009 fue uno de sus únicas manchas negras en Paris. La gran diferencia es que el español llegaba, por primera vez en su carrera, como número uno del mundo y principal sembrado a Paris. Por eso, se esperaba que volviese a ganar en la arcilla francesa. Hasta que en la cuarta ronda se topó con el sueco Robin Söderling, un ascendente jugador que ocupaba el puesto 25º del ranking ATP. El escandinavo se destapó en Roland Garros y en un golpe a la cátedra eliminó a Rafael Nadal tras derrotarlo por 6-2, 6-7 (2), 6-4 y 7-6 (2).

La otra derrota en este torneo, ocurrió hace un año cuando un Nadal en capa caida, cayó en cuartos de final ante Novak Djokovic en un partido donde el número uno del mundo fue totalmente superior al tenista español, que finalizó de manera rápida su participación por tierras parisinas.