Hora de la verdad. Después de pasar las primeras pruebas sobre tierra batida del presente año, los mejores tenistas buscan poner en práctica lo obtenido anteriormente en el segundo Grand Slam del año, Roland Garros. París se viste de gala para acoger el mejor evento del mundo sobre la arcilla y, la corona ni mucho menos será un paseo triunfal para nadie, por lo que Kei Nishikori acude a la cita francesa con convicción de salir vistorioso de Roland Garros.

Roland Garros, el terreno prohibido de Nishikori

Las relaciones entre Kei Nishikori y Roland Garros están rotas desde hace muchos años. El torneo francés y el tenista japonés no se terminan de entender y, eso se traduce en malos resultados para el número cinco del ránking ATP. La primera vez que compareció el nipón en el torneo galo fue en 2010, hace tan solo seis campañas, no siendo capaz de pasar de segunda ronda, un resultado que buscaba superar 365 días después, en 2011, pero la suerte ni mucho menos le acompañaba y eso le llevaba a caer nuevamente en la segunda ronda. Dos tomas de contacto con la arcilla parisina que no dejaban con buen sabor de boca al japonés.

En 2012 decidió no hacer acto de presencia en París para la disputa del segundo Grand Slam del año, así que hasta 2013 no tuvo la oportunidad el tenista nipón de pisar Roland Garros, encontrando de nuevo el sabor amargo de la desilusión que le producía a Kei tener que caer derrotado en la cuarta ronda. Había subido dos peldaños más con respecto a su anterior participación, pero aún estaba muy por debajo de lo que le gustaría. En 2014 su caía en primera ronda supuso un gran paso atrás en sus aspiraciones y, sobre todo el ver que lo progresado años atrás volvía a perderse rápidamente.

Su última participación hasta el momento en Roland Garros fue en 2015 y, su buen rendimiento en otras superficies, también se tradujo a la arcilla parisina. Llegaba con las dudas de no haber hecho ninguna gran actuación en París, pero Nishikori fue poco a poco disipando sus incógnitas hasta llegar a los cuartos de final, antepenúltimo escollo en Roland Garros que no logró superar, poniendo así fin a sus andanzas en el torneo. El balance global que tiene Kei en su haber es de ocho victorias y cinco derrotas. Ampliarlo y llegar hasta más allá de los cuartos es el primer objetivo que tiene en el horizonte Nishikori.

La tierra se le atraganta a Nishikori

En lo que va de carrera tenística, Kei Nishikori no ha conseguido obtener ningún triunfo sobre tierra batida en torneos importantes. El Masters 1000 de Montecarlo, la primera gran cita del año sobre arcilla, ha sido el lugar donde menos ha participado el japonés en su carrera, y esque solo lo hizo un año, en 2012, y cayó en una decepcionante tercera ronda. Mejor suerte ha corrido sin duda alguna en el que se podría definir como torneo predilecto sobre la tierra batida, el Mutua Madrid Open, cita en la que ha llegado a la gran final en 2014 y a semifinales en 2015

No solo en la capital española ha obtenido buenos resultados, sino que también en Barcelona ha triunfado, y a pesar de ser un ATP 500 el Barcelona Open Banc Sabadell, el nipón ha conquistado el título en dos ocasiones, 2014 y 2015. El Masters 1000 de Roma es un nuevo fracaso para el nipón, que en su primera participación cayó en la qualy, para obtener su mejor resultado en 2015, con unos escasos cuartos de final, superando todo lo hecho anteriormente este año cuando firmó unas semifinales. En la presente temporada Nishikori llega a Roland Garros después de obtener los siguientes resultados: final en Barcelona, semifinales de Madrid y semifinales de Italia. El trabajo está hecho y ahora solo le queda a Kei Nishikori poder rendir en París.