Despierta pasiones en el público parisino, emociona con sus tiros de derecha y hace soñar a los franceses con la versión moderna de Yannick Noah. Son ya varias las semifinales firmadas por el de Le Mans, pero nunca pudo dar un paso más allá. La tierra batida no es su superficie favorita, pero sí este torneo, donde el público le lleva en volandas y hace que Jo-Wilfried saque lo mejor de sí mismo.

Tras un año muy irregular, con resultados realmente grises en la gira latinoamericana sobre polvo de ladrillo, el galo se reencontró con su mejor versión en Montecarlo, donde llegó a acceder a las semifinales. Son esas sensaciones las que buscará Tsonga estas semanas: "El objetivo era estar bien físicamente para jugar aquí porque Roland Garros es un torneo en el que se pueden tener juegos muy largos y difíciles, al mejor de cinco sets, un área muy exigente". Llegar con molestias físicas a un Grand Slam es la peor de las noticias, pero Jo-Wilfried es optimista sobre su recuperación: "Hice todo lo que pude, con mucha rehabilitación de la ingle".

La decisión de acudir a la susodicha gira latinoamericana, vino motivada por la necesidad de rodarse en esta superficie y no jugar sobre superficie dura, donde el maltrecho cuerpo de Tsonga podría haber sufrido más. Así valoraba el francés su decisión: "En primavera fui hasta América del Sur por un dolor en las articulaciones que pueden dañarse cuando se emplea demasiada potencia". En todo caso, Jo-Wilfried es optimista y fue contundente con los sentimientos que le evoca Roland Garros: "Mi preparación no ha sido la ideal, pero volver aquí siempre es una de las mejores experiencias que tengo en mi carrera. Voy a confiar en tener la serenidad suficiente para encarar el torneo". Habrá que estar atentos a la progresión del galo durante los primeros partidos, que pueden ser claves para que tome confianza.