Si hace tres años alguien dice que Raonic y Tipsarevic se verían en primera ronda y el encuentro pudiera calificarse trámite para el canadiense, se tildaría de locura. Pero en el mundo del tenis todo progresa muy rápido; las lesiones de Janko cortaron de raíz su excelente momento de forma, mientras que Milos no ha hecho más que crecer desde entonces. 

Ya ha supuesto un premio para el serbio el hecho de poder disputar el cuadro final de un torneo para el que no ha podido prepararse como quisiera; fue "agraciado" con uno de los cocos en primera ronda, y mostró más carácter que buen tenis. Lo mejor de Janko sacó a relucir cuando ya estaba perdido, poniendo de manifiesto que aún tiene ganas de volver por sus fueros.

Impecable encuentro de Milos

Sin despeinarse, manteniendo la total compostura y llevando la manija del encuentro en todo momento. Así disputó Milos un encuentro postergado por la lluvia desde la jornada del domingo. La espera no pareció despistar al canadiense, que está decidido a aprovechar su condición de octavo cabeza de serie.

Janko Tipsarevic en Roland Garros. Foto: zimbio
Janko Tipsarevic en Roland Garros. Foto: zimbio

Con un alto porcentaje de primeros saques y diez servicios directos, el canadiense se sintió tremendamente cómodo, y se metió en pista constantemente para desbordar por potencia a un Tipsarevic lento de piernas. El serbio a duras penas podía aguantar las embestidas de Raonic, y ni siquiera en el servicio encontró un aliado.

Raonic tuvo la capacidad de frenar la remontada de coraje de Tipsarevic, en el tercer set 

Precisión máxima de Milos que aprovechó bien sus oportunidades de break para cobrar ventaja desde los compases iniciales de cada set; solo tuvo un despiste en el tercer set, cuando al estar 5-3 arriba en el marcador vio cómo Tipsarevic sacaba garra y coraje para llevarlo al tiebreak. Llegó a ir por debajo en la muerte súbita pero reaccionó a tiempo para cerrar el partido por la vía rápida.