No es fácil resistirse a esbozar una sonrisa de afecto al ver cómo un hombre de 211 centímetros de alto, 37 años de edad y habiendo superado un derrame cerebral, es capaz de seguir siendo competitivo en los grandes torneos. Pasar una ronda en Roland Garros, precisamente sobre su superficie menos predilecta y tras haber acumulado nueve derrotas por tan solo dos victorias, habla a las claras de la madera de este jugador. 

Podrá gustar o no su estilo, pero de lo que no cabe duda es del amor que siento Ivo por este deporte, y que le hace superar todas las adversidades habidas por haber para continuar en la pomada. Siempre peligroso, siempre afable, siempre Ivo Karlovic. Le sufrió en sus propias carnes Albert Montañés.

Impecable al servicio

Para que el croata gane un partido debe estar muy bien al servicio, pero mucho más para hacerlo sobre tierra batida y en las condiciones en las que llegaba a este duelo. El rival era incómodo, siendo Albert Montañés un claro especialista sobre polvo de ladrillo. Por mucho que el catalán no esté en su mejor momento, tiene las armas para desbordar a buenos jugadores en esta superficie, aunque en esta ocasión, el único arma letal que hubo fue el del servicio de Karlovic.

Impecable con su revés cortado, variando ritmos constantes a un Montañés demasiado plano en su esquema de juego, y jugando profundo pero sin la necesidad de tomar riesgos con su drive, el croata desestrecturó la muralla defensiva de Albert, incapaz de tomar las riendas del partido y mover de lado a lado a Karlovic.

Montañés llegó a tener bola de set en el segundo parcial

Tras un primer set que fue un recital de Ivo, el duelo se igualó en los dos siguientes, pero en los momentos cumbre, el croata dio la sensación de estar muy seguro de sí mismo, mostrándose acertado e inteligente en la toma de decisiones así como en la precisión de sus golpes.

El camino de Karlovic en este Roland Garros puede ser más largo de lo esperado, y es que en segunda ronda se medirá al ganador del duelo entre Djere y Thompson, siendo ambos tenistas netamente inferiores a él. Si llegara a tercera ronda, dejaría atrás los malos momentos vividos en estos primeros meses de 2016, y se presentaría en la temporada de hierba con plena confianza en sí mismo.