Constancia, regularidad, garra y mucho trabajo. Esos son los ingredientes con los que Albert Ramos-Viñolas condimenta la receta de su éxito. Al borde de la treintena, el de Mataró es un jugador de lo más estable, y capaz de darse homenajes cuando está concentrado. Podrá decir a sus nietos que ganó a Federer, tras hacerlo el pasado año en Shangai, pero si de algo puede estar orgulloso, es de ser siempre generoso en el esfuerzo y honesto con los aficionados.

Su rival en segunda ronda será Trungelliti, que viene de vencer a Marin Cilic

Lo que tiene lo da, y ante Zeballos puso todo sobre la mesa para derrocar la resistencia del aguerrido argentino. En un bonito duelo de zurdos, el español salió victorioso gracias a su aguante físico y habilidad para rendir al máximo nivel en los momentos cumbre. La victoria lleva premio adicional, al no tener como rival a Marin Cilic, sino al argentino Marco Trungelliti, 166 del ránking. Oportunidad manifiesta para el catalán de seguir progresando.

Brillante al servicio y sólido de fondo

Varió alturas, hizo dejadas, tiró duro por el drive y obligó a Zeballos a exprimirse para ser competitivo. Duelo de poder a poder el desatado en los tres primeros sets, entre dos jugadores muy similares y que tuvieron que trabajar duro para lograr cada punto. El buen nivel del español al servicio, con ocho saques directos incluídos, le dio aire en momentos complicados.

El español acabó con 45 golpes ganadores y tan solo 21 errores no forzados, lo que demuestra su gran rendimiento

La primera manga fue una auténtica exhibición por parte del de Mataró, cuya solidez al servicio hizo que Horacio no tuviera ni una sola pelota de break. Jugó cómodo el español, llevando las riendas del juego en todo momento. Pero Zeballos no se iba a rendir tan fácilmente. El argentino se agarró a la pista en el segundo set, y revertió la sensaciones por completo, recluyendo a Ramos-Viñolas por detrás de la línea de fondo y forzando la friolera de seis bolas de break. Aprovechó una de ellas, que le bastó para igualar el encuentro.

La clave se produjo en un tercer set épico y tremendamente luchado. Alternativas en el marcador, y un Ramos-Viñolas muy agresivo de fondo de pista. Le costó al catalán obtener ventaja, pero aprovechó el cansancio físico y mental de Zeballos en el tramo final, para hacerle break en el duodécimo juego. Fue la puntilla definitiva para el argentino, que tuvo que ser atendido por molestias en la espalda durante la cuarta manga donde ya no opuso resistencia alguna.