Los debuts en los torneos nunca son fáciles, y mucho más si es en un Grand Slam. Al fin la lluvia dio una tregua y se pudo iniciar una jornada en hora. En el tercer día de competición, muchos nombres propios, entre ellos el de Angelique Kerber, la flamante campeona del Open de Australia. En la pista central 'Philippe Chatrier' del complejo parisino de Roland Garros abrieron la actividad la tenista bávara y la belga Kiki Bertens. La de Bremen no ha disputado una gira de tierra plenamente buena; perdió en Madrid y Roma en sus debuts, pero revalidó el título en Stuttgart. Por su parte, Bertens vino de cuajar una semana mágica en Nuremberg, pues se alzó campeona tanto en individuales y en dobles. Fue un encuentro trampa para Kerber.

Kerber, totalmente desubicada en el primer set. Bertens, en estado de gracia​Inicio sorprendente el que se produjo. Kerber saltó a pista un tanto fría y cometiendo bastantes errores no forzados, todo lo contrario que su rival, que siendo sólida y consistente, dominó a la alemana durante el inicio. Bertens se aprovechó de esta situación para quebrar el saque de la teutona y liderar en el marcador.

A raíz de ese mal inicio, Kerber se entonó en el partido y pareció mejorar, siendo más sólida desde el fondo de la pista e intentando tomar la iniciativa, pero enfrente tenía a una Bertens sumamente inspirada. La alemana estuvo totalmente desubicada sin saber donde meterse y y viéndose dominada por la joven belga. Un nuevo break dejó la manga prácticamente finiquitada y después Bertens se encargó de confirmar el segundo break para llevarse el primer parcial por 6-2 en 25 minutos.

Kiki Bertens en Roland Garros. Foto: rolandgarros.com
Kiki Bertens en Roland Garros. Foto: rolandgarros.com

La de Bremen se rehizo del susto del primer setKerber debía mejorar mucho si no quería marcharse a casa a las primeras de cambio, y síntoma de ello fue el comienzo de segunda manga. La de Bremen dejó a un lado las malas sensaciones y volvió a jugar como lo hizo en el conato de remontada del set inicial. Sólo había que mirar los gestos que realizaba: puño cerrado, mucho más activa y esos gritos que se hacen a la hora de golpear eran muestra de que Kerber no iba a bajar los brazos.

La actitud de la alemana había cambiado, eso era un hecho, pero aún así se enredaba en su propia telaraña varias veces, y ello, sumado a que Bertens se mostró inconmensaurable al servicio, sembraba las dudas en Kerber que veía difícil meter mano al resto. La alemana sacó sus servicios tirando de currículum y al fin quebró el saque de su rival. Perdió esa ventaja en el siguiente al saque, pero siguió peleando y un nuevo break la colocó a las puertas del set. En un último magnífico, Kerber se llevó el segundo parcial por 6-3 forzando así la manga final.

Bertens prosiguió con su regularidad. Kerber, volvió a las andadasPese a haberse llevado el segundo set, el partido de Kerber no estaba siendo ni mucho menos bueno. Jugando muy a fogonazos, fue capaz de mantenerse más serena en los momentos de altibajos que se produjeron a finales de la segunda manga, pero fue Bertens quien mantuvo la regularidad pese a perder el set anterior.

El mal juego regresó en la teutona y en poco tiempo Bertens puso tierra de por medio colocándose 3-0. Kerber pidió tiempo médico por problemas en el hombro izquierdo. Se marchó a vestuario y pasados unos minutos regresó a pista con un pequeño vendaje en la zona afectada. El parón no afectó a la tenista belga, que prosiguió haciendo su tenis e incomodando a la de Bremen que según pasaban los minutos y los juegos, su margen de error era mucho menor.

Con ello, se llegó al noveno juego del set, un juego en donde pasó de todo. Primero disfrutó Bertens de dos pelotas de partido, pero Kerber se aferró y alargó un poco más el juego, e incluso tuvo opción de romper el saque, pero a la tercera fue la vencida y Kiki Bertens dio el primer sorpresón de Roland Garros 2016 al eliminar a la vigente campeona del Open de Australia, Angelique Kerber, por 6-2 3-6 6-3.