Altibajos, derrotas inesperadas, falta de chispa y problemas de confianza. Son los factores que resumen un año netamente mejorable de Guillermo García-López, pero que no hacen sino reafirmar las ganas del de La Roda por revertir la situación. El veterano jugador español no está pasando por su mejor momento, y necesita un punto de inflexión que le devuelva las sensaciones vividas en la primera mitad del 2015.

Llega a Roland sin ser cabeza de serie, por lo que puede considerarse afortunado al no haberse cruzado con un coco en primera ronda. Es una victoria importante que le presenta ante Dominic Thiem sin nada que perder y mucho que ganar, siendo consciente de la presión que tiene sobre sus hombros el austriaco. Lo primordial en París era ganar un partido y poner una piedra más para una progresiva recuperación.

García-López, de más a menos

El español no dio ni una oportunidad de break al rival en los dos primeros sets

Todo fluía. Espectacular nivel al servicio, recurrencia de golpes ganadores, dominio absoluto jugando dentro de pista y nulas opciones para el rival. Así jugó Guillermo García-López durante dos primeros sets memorables, e incluso hasta la primera mitad del tercera. Con break arriba en el marcador, el español se relajó al verlo prácticamente hecho, y a punto estuvo de ser fatal esa relajación.

DeBakker se soltó y encontró rendijas en el juego del español, que se paró de piernas y empezó a cometer errores. Los nervios se hicieron notar en el tenis del manchego, que perdió la batuta del encuentro. Volvió a caminar break arriba y volvió a perder la ventaja. Esta vez el encuentro se fue al tiebreak, donde Guillermo salió a tumba abierta y pudo tomar ventaja pronto. Le sirvió para cerrar un partido en el que ya se le veían las orejas al lobo.

Sensación de alivio por el mal final, que enturbia el buen trabajo realizado durante los dos primeras horas de partido. Guillermo ha de quedarse con eso, y ser consciente de que necesitará su mejor versión si quiere continuar en liza en el torneo. Dominic Thiem será un reto mayúsculo.