El estado del tenista de Jávea era una de las principales incógnitas que lo envolvían en el segundo Grand Slam de la temporada. A sus treinta y cuatro años no estaba haciendo una temporada memorable y las rondas finales, que antaño alcanzaba con facilidad, esta temporada se le estaban resistiendo. Así pues Ferrer esperaba utilizar Roland Garros como lanzadera en la mejora de la campaña. El primer rival era asequible y así lo demostró durante el partido. El ruso Donskoy intentó sin éxito convertirse en una piedra en el camino de Ferrer.

Es cierto que Donskoy comenzó muy metido en el partido prometiendo batalla a Ferrer e intentando que el tenista español se envolviese entre las dudas. Pero Ferrer fue ganando confianza con los servicios y fue muy agresivo desde el resto, lo que hizo que Donskoy, muy lento de piernas, no pudiese plantar cara al español.

En el segundo set no mejoró la cosa para el ruso. Es cierto que imprimía más agresividad a los golpes y, en cierta medida, le llegó a funcionar. Pero David es muy sacrificado y, desde el fondo de la pista, devolvía las bolas como una pared de frontón, con gran virulencia y buscando las cosquillas al rival. El ruso veía impotente como “Ferru” llegaba a todas sus bolas y no podía hacer más que proponerle un peloteo en el cual Ferrer volvía a salir vencedor.

Donskoy era consciente de que le estaba pasando un tornado por encima, Ferrer cerraba los sets con pasmosa facilidad y en ningún momento temía por los turnos de saque. Ante tal situación el ruso intentó una actuación kamikaze que por momento pareció dar sus frutos, sobre todo desde el resto. Pero Ferrer demostró estar a otro nivel y supo sufrir cuando había que sufrir y golpear cuando había que golpear. El medir bien los tiempo y saber tomar el pulso al juego le hizo cerrar el tercer set en blanco.

David Ferrer ha transformada el mar de dudas enrabietado en un remanso de paz para el buen tenis. La actuación del valenciano fue soñada y la carga física fue mínima. Así pues Ferrer avanza a la segunda ronda con la moral cargada y con un aviso a sus rivales, y es que él no está en Roland Garros para especular. Al siguiente tenista que intentará apear del torneo será al argentino Juan Mónaco