No está siendo un buen año, y es que con 34 primaveras sobre las espaldas el final comienza a verse cerca. Eso no aminora la motivación y el coraje de David Ferrer, que se sobrepone a la falta de confianza que atenaza su juego y trabaja cada día por mantenerse en la élite y encontrarse con su mejor nivel. Ya está en tercera ronda tras superar a un jugador correoso como Juan Mónaco.

Y es que el partido fue realmente duro: "Ha sido un partido muy duro, con mucha carrera. Él ha jugado muy agresivo en todo momento, ha corrido todos los puntos, luchado en todos los puntos. No somos grandes sacadores y en una pista tan lenta lo ha hecho más duro. Pero lo importante era ganar y que el partido terminara hoy". Igualdad máxima la que campeó en la pista, aunque Ferrer terminó sacando su aura de ganador para resolver el encuentro. Sin embargo, Ferrer torció el gesto al reconocer que está realmente cansado y sus sensaciones no son las mismas que antes: "Ahora ya no recupero igual, antes era un toro. Pero mañana voy a entrenar poco y tendré que hidratarme bien".

Lo más importante fue sacar adelante el partido, y el alicantino luchará contra Feliciano López por acceder a los octavos de final. Se conocen mucho y a buen seguro será un partido duro: "Es un rival que en momentos importantes crece como tenista y seguro que va a jugar bien. Será importante mi resto, tener claro que cuando no pueda restar tenga que tener paciencia, hacerle el partido duro, largo. En tierra se desenvuelve bien, aguanta bien, le veo bien físicamente. Creo que será largo". Duelo fratricida al igual que el que enfrentará a Granollers y Nadal, siendo éstos cuatro de los ocho españoles que han accedido a tercera ronda. Ferrer no dudó en decir:  "Pues no estamos tan mal".