Pocos nombres suenan más fuerte de cara al futuro que el de Felix Auger-Aliassime. El niño prodigio, que a los 14 años alcanzó los cuartos de final del Challenger de Granby, sigue maravillando allá por donde va, creciendo a pasos agigantados. Su privilegiado físico y una temprana madurez hacen difícil creer que el canadiense nació en el año 2000.

Aunque la tierra batida no es su superficie predilecta, Aliassime llegaba a este Roland Garros como uno de los principales atractivos del cuadro junior, uno de los principales candidatos al título. En sus dos participaciones anteriores en un Grand Slam, su techo había sido la tercera ronda.

Un camino duro, con algún que otro partido que se marchó al tercer set, desembocaba hoy en una durísima semifinal ante otra de las promesas que brillan con más fuerza, el español Nicola Kuhn. Ambos se habían visto las caras en la final de la última edición de la Copa Davis junior, en la que a pesar de la victoria de Kuhn sobre Aliassime, el equipo canadiense terminó por llevarse la "mini-ensaladera".

Nicola Kuhn (Fotografía: Roland Garros)

Venganza y una final de Grand Slam eran la recompensa para uno y otro, en un partido que de junior tenía poco. El cansancio acumulado por parte de Nicola Kuhn, al que las malas condiciones meteorológicas obligaron a jugar dos partidos en un mismo día, hicieron mella y decantaron la balanza en favor de un pletórico Felix Auger-Aliassime, que sellaba su pase a la final con un cómodo 6-4 y 6-2.

El canadiense, campeón del US Open junior 2015 en la categoría de dobles, definirá el título ante el local Geoffrey Blancaneaux, que contra todo pronóstico dejó en la cuneta (6-7, 7-5, 6-3) al que fuese compañero de Felix en aquel torneo, el también canadiense Denis Shapovalov.