Jóvenes, carismáticas, fieles representantes de la elegancia y sutileza y, en definitiva, francesas. Muy francesas. El público de Roland Garros se rinde a dos jugadoras que han sabido conquistar los corazones de sus compatriotas, no solo con victorias sino con la manra en que las logran. No es fácil ver a dos jóvenes de apenas 23 años en la cúspide del circuito de dobles, siendo ésta una modalidad donde abundan las veteranas que dan un paso atrás en el singles. Sin embargo, García y Mladenovic parecen dispuestas a sacrificar su enorme potencial individual, para aunar sus fuerzas y tener el dobles como prioridad.

Ganaron en Sttutgart y maravillaron en Madrid, además de llevar en volandas al equipo francés de Copa Federación a la gran final. Todo esto en año olímpico, no hace más que henchir de orgullo los corazones de los galos, que disfrutaron de sus "niñas mimadas" en un sueño hecho realidad. Y es que antes de la final de Fed Cup y de los Juegos Olímpicos, el poder ganar en Roland Garros ha sido la prueba fehaciente de que Caroline y Kristina apuntan muy alto.

García y Mladenovic se hacen con un duelo  muy emocional

Era el partido que tanto esperaban, el objetivo estaba al alcance de la mano y los nervios no atenazaron a dos jugadoras con mucho carácter. El nivel desde el fondo de pista de ambas es más que notable, y se mueven por la pista como un engranaje perfecto, sabiendo cuándo cruzarse en la red, tirando globos muy precisos e imprimiendo un alto ritmo competitivo.

Vesnina y Makarova en Roland Garros. Foto: zimbio
Vesnina y Makarova en Roland Garros. Foto: zimbio

Makarova y Vesnina fueron de menos a más pero cedieron al aplomo de las francesas

Como dos buenas veteranas, a Makarova y Vesnina les costó entrar en calor. Motores diésel que eran conscientes de que tendrían su oportunidad, y buscaron llevar a cabo la remontada del break inicial que encajaron. No pudieron hacerlo ya que las francesas mostraron un gran aplomo y cerraron la primera manga con maestría.

La tendencia positiva del final del primer set de las rusas, se tradujo en su escape en el marcador en los compases iniciales de la segunda manga. Vesnina lideró el resurgir de las rusas haciendo gala de un revés imponente y una gran movilidad siempre hacia delante. A Makarova le costó mucho más entrar en el partido, y las fisuras en la pareja soviética siempre vinieron por su parte.

García y Mladenovic en Roland Garros 2016. Foto: zimbio
García y Mladenovic en Roland Garros 2016. Foto: zimbio

El partido desembocó en un apasionante tercer set, donde el público de la Philippe Chatrier jugó un papel nada desdeñable al animar con orgullo patrio a sus jugadoras. Hubo break inicial de éstas pero las rusas reaccionaron, hasta que en el noveno juego, y tras haberse escapado en el turno de saque anterior por los pelos, las rusas entregaban su servicio. García cerró con tremenda madurez al servicio, y dio una alegría a Jean Gassasin, que miraba emocionado cómo el tenis galo recogía un premio tras dos turbulentas semanas para sus intereses.