El tenista serbio y número uno del mundo, Novak Djokovic, habló en rueda de prensa tras conquistar su primer Roland Garros en su carrera profesional e igualar a otros nombres ilustres de nuestro tenis tras conquistar el único Grand Slam que le faltaba en sus vitrinas.

Novak Djokovic admitió que todo en la vida se puede conseguir con entrenamiento y con ambición: "No quiero ser arrogante, pero todo puede conseguirse en la vida. El hecho de haber ganado hoy me ha dado tanta alegría, me ha colmado, que solo puedo disfrutar. No pienso en otra cosa, pero pronto habrá que pasar a la hierba y ver si puedo ganar los cuatro en el mismo año", añadió.

El tenista serbio tuvo palabras de admiración para Rafa y Federer admitiendo que han sido un ejemplo para él para mejorar día a día: "Nadal y Federer me han obligado a mejorar. Esa rivalidad ha sido esencial para el deporte. Ellos dominaban cuando Andy (Murray) y yo llegamos. Antes no estaba contento de haber coincidido con ellos, pero luego me dije que había que mejorar, ser más fuerte para ganarles, luchar contra esos dos grandes campeones y eso hizo que mi nivel se incrementara".

También reveló que pidió al brasileño Gustavo Kuerten permiso para dibujar un corazón en la pista durante el rodaje de un anuncio de una marca de coches: "Se lo pedí porque para mí era uno de los momentos más emotivos que recordaba en Roland Garros", admitió el tenista serbio.

Djokovic comentó que comenzó el partido algo desconcentrado, motivo que aprovechó Murray para llevarse el primer set: "Me he dicho que necesitaba tiempo para encontrar mi ritmo. Luego mi tenis ha ido mejorando, he sido más agresivo y hecho un gran partido. Al entrar en la pista me he dicho que tenía que darlo todo para ganar ese partido"

"En el cuarto set ya no sentía presión, quizá me lo he tomado un poco a la ligera, no he puesto la intensidad necesaria y él se ha conectado de nuevo al partido",

Para finalizar, Djokovic calificó cual fue su sentimiento cuando consiguió ese último punto: "En ese momento me sentía tenso, nunca había tenido tan cerca el trofeo. Tenía que concentrarme en cada golpe. Ni siquiera ahora me acuerdo de la última bola. Ha sido como si mi espíritu diera los últimos golpes, no mi cuerpo, como si yo estuviera en el exterior", concluyó.