Territorio de especialistas, lugar de romanticismo para aquellos que se resisten a contemplar este juego como un duelo de potencia, y siguen admirando el saque-red y los efectos cortaditos. Stepanek y Mayer son dos de los mejores exponentes de esa raza de jugadores en peligro de extinción, cómodos sobre la moqueta verde que ilumina las pistas europeas durante apenas un mes. Acuden ambos a Stuttgart habiendo conocido tiempos mejores, pero en una dinámica distinta, siendo Radek un jugador con tendencia positiva y que da que hablar allá donde va, mientras que Florian no acaba de superar sus múltiples lesiones y sus comparecencias a lo largo de todo el año en el circuito ATP, se reducen casi al mínimo.

Mayer da la campanada

Lejos del top-200 y habiendo tenido que jugar la fase previa, a la que estuvo invitado, para entrar en el cuadro final del torneo, ni los más aficionados teutones más optimistas podían esperar que este veterano desplegara un nivel de tenis tan excelso como el demostrado ante Troicki. El serbio se presentaba como uno de los grandes favoritos al título pero se ha topado con un muro inexpugnable.

Con alegría, sin nada que perder y mucha clase, jugó un Florian Mayer que no se arrugó en los momentos cumbre, y que atrapó a un Troicki algo lento, en una maraña de golpes cortados y subidas a la red. 6-4 7-6 (4) fue el resultado final del partido, y el siguiente rival del alemán será Michael Berrer.

Stepanek sigue pareciendo eterno

Parece tener una habilidad innata para ganar partidos y resurgir cuando menos se espera. El checo sigue ilusionado a sus 37 años, y continúa siendo competitivo allá donde va. Ha ofrecido sublimes espectáculos sobre hierba a lo largo de su carrera profesional, y quiere seguir haciéndolo en este 2016. Llega jugando muy bien, y en Stuttgart se deshizo de un rival muy complejo como es Denis Istomin, y lo hizo sin desplegar su mejor tenis.

El checo salvó siete bolas de break

Y es que pareció costarle la adaptación a la superficie al checo, muy errático al servicio como atestiguan sus siete dobles faltas. Sufrió lo indecible, teniendo que levantar siete bolas de break. He ahí la habilidad del checo por sobrevivir en situaciones límite, y lograr dar la vuelta a un partido que parecía perdido. 7-5 3-6 6-3 fue el resultado final, y Marin Cilic su siguiente rival.