Dejamos atrás la tierra batida y es momento de centrarnos en la gira sobre hierba y Sttutgart es uno de los torneos preparatorios de cara a Wimbledon. 

Ya ha dado comienzo y lo hacemos con una de las primeras rondas más atractivas, en la cual Del Potro y Dimitrov fueron los protagonistas. Ambos jugadores no se encuentran cómodos sobre la pista y es que el argentino sigue recuperandose de esa lesión de muñeca, mientras que Dimitrov no puede salir del pozo en el que se encuentra. 

Cara y cruz

Las malas noticias van acompañadas de buenas. Dimitrov no levanta cabeza, se encuentra en su peor año como profesional y sigue sin encontrar soluciones a sus problemas. Pero en el otro lado de la moneda, pudimos disfrutar  de nuevo del astro argentino, el jugador al que todo el mundo echa de menos en el circuito y al que esperamos que se recupere muy pronto, Juan Martín del Potro. Él fue el encargado de hundir incluso más a Dimitrov. 

Un partido sin mucha historia

A priori era uno de los partidos de la semana, una final adelantada para los espectadores, pero el encuentro no tuvo demasiada emoción. El partido comenzó lento, con ambos jugadores sacando de fábula y sin dar mucho ritmo al rival. Los puntos eran cortos , donde de vez en cuando pudimos ver algún golpe ganador y de calidad. El partido no tenía dueño y cualquiera se podía llevar la primera manga. Con el marcador empatado a 4, Del Potro fue quien golpeó primero y con un muy mal juego del búlgaro, el argentino no desaprovechó la oportunidad y se hizo con el primer y único break del set. Al saque y para cerrar el set, Del Potro tuvo que sufrir apuntandose la manga en un juego largo que el mismo se complicó, pero tras 31 minutos de encuentro el marcador le favorecía por 6-4. Dimitrov mostró una mala actitud y un tenis pésimo

Un segundo set donde con la inercia del primero, Del Potro logró encarrilarlo rápidamente, y desde el primer juego ya tomó ventaja.  Un break incial marcó la dinámica de la segunda manga. El argentino sólido al saque y sin cometer errores de gravedad desde el fondo, aprovechó todas y cada una de las oportunidades que Dimitrov le sirvió en bandeja. Dimitrov mostró de nuevo su peor versión y Del Potro sentenció el partido por un resultado final de 6-4 y 6-2. 

Una vez más vimos el mal juego del búlgaro, acompañado con una mala actitud. Y aunque la gira de tierra haya llegado a su fín, el mal juego de Dimitrov continúa.

Del Potro a lo suyo, sigue con esas ganas e ilusión y ya se encuentra en segunda ronda. Quiere coger un buen nivel sobre hierba que le permita desplegar todo su potencial en Wimbledon.