Cuando el verde tapete de Hertogenbosch aparecía en los televisores de los amantes del tenis, no era raro ver a uno de esos jugadores que inspiran simpatía. Fortachón, voluntarioso como el que más y con golpes de mucha mano y más propios de décadas pasadas, el holandés Raemon Sluiter no fallaba a su cita con Hertogenbosch. Su juego se adaptaba a la perfección a la hierba, pero fue un tenista polivalente que dejó momentos para el recuerdo también en Roland Garros y Copa Davis.

Sluiter jugaba derecha a dos manos, siendo junto a Santoro, el único top-50 del siglo XXI en hacerlo

No fue un jugador referente en el circuito, tampoco una estrella mediática, pero su trabajo duro y ese look rockero con una cinta en el pelo, generaban una expectación a la que respondía siempre que se disputaba un torneo en Holanda. Empeñado en ser profeta en su tierra, Sluiter se ganó el cariño y reconocimiento de su público en su etapa como tenista, y también lo hace ahora, seis años después de su retirada definitiva, al ser parte fundamental de la eclosión de Kiki Bertens.

Raemon Sluiter en 2005. Foto: atpworldtour.com
Raemon Sluiter en 2005. Foto: atpworldtour.com

Sluiter fue finalista de cuatro torneos ATP en su carrera

Cuando uno encendía el televisor para ver el torneo de Hertogenbosch en la semana posterior a Roland Garros, daba por hecho que se encontraría con el bueno de Raemon y disfrutaría de una introducción perfecta al cambio de estilo marcado por la superficie de la pista. Sluiter acudió al evento holandés ininterrumpidamente desde 1999 a 2006, pero curiosamente, su mejor actuación data de 2009, tras regresar de un primer amago de retirada el anterior año. Raemon llegó a la final derrotando a jugadores como Daniel Gimeno-Traver, Marcos Baghdatis (por grave lesión del chipriota), Dudi Sela e Ivan Navarro-Pastor, y cayendo en la final frente a Benjamin Becker.

Se quedó con la miel en los labios, al igual que le ocurrió en otras tres ocasiones, y todas ellas en territorio holandés. Massú (Amersfort, 2003), Mirnyi (Rotterdam, 2003) y Gustaffson (Amsterdam, 2000), impidieron que Sluiter sumara un título ATP en sus vitrinas, en las que sí se pueden encontrar diez torneos Challenger.

Fue capaz de ganar al número uno del mundo en Wimbledon

Fue 2003 su gran año; ese en el que alcanzó el puesto 46 del ránking ATP. Con una gran habilidad natural para jugar en hierba, fue precisamente este año cuando vivió la victoria con más resonancia de su carrera profesional. Fue en la pista central de Wimbledon, primera ronda, venciendo al que era en ese momento número uno del mundo: Eugeny Kafelnikov. Se impuso por 7-5 3-6 2-6 6-2 6-3, aunque en segunda ronda cayó frente a Alexander Popp, que en ese momento ocupaba la posición 198 del ránking ATP.

Raemon Sluiter en Wimbledon 2003. Foto: gettyimages
Raemon Sluiter en Wimbledon 2003. Foto: gettyimages

Fue un habitual en la Copa Davis, demostrando su enorme compromiso para con su país. Dejó momentos para el recuerdo como su victoria frente a Juan Carlos Ferrero en la eliminatoria disputada en Eindhoven en 2001, en un memorable partido en el que el español acabó sucumbiendo por 6-7(5) 7-6(7) 3-6 7-6(3) 6-4. También venció a Nieminen, hasta en dos ocasiones, y fue parte fundamental de que Holanda llegara a cuartos de final en el año 2005. Se llegó a ver las caras con Andy Murray o el mismísimo Roger Federer, sin perder nunca la sonrisa a pesar de ser sometido por la superioridad de éstos.

Su pasión por este deporte no podía caer en saco roto tras su retirada, y pronto la Federación Holandesa de Tenis puso todo su empeño en que Sluiter continuara siendo una parte fundamental del entramado tenístico del país. Actualmente es el entrenador de la mejor tenista holandesa del momento: Kiki Bertens. A sus 24 años, la nacida en el pequeño pueblo Wateringen parece haber encontrado el sosiego requerido para dar rienda suelta a su talento. Lo pasó muy mal durante los dos últimos años, habiendo tenido que superar una operación de tobillo y un tumor benigno en el tiroides.

Kiki Bertens en Roland Garros. Foto: zimbio
Kiki Bertens en Roland Garros. Foto: zimbio

Bertens estuvo casi un año sin saber si era benigno o no, lo que le generó una gran ansiedad y bajó notablemente su rendimiento. Tras dejar solucionado el problema, decidió aliarse en septiembre de 2015 con Raemon Sluiter y trabajó realmente duro para recuperar el nivel físico y técnico necesario para competir. Lo ha logrado, como demuestra su flamante puesto de semifinalista en Roland Garros, vendiendo a jugadoras de la talla de Kerber, Giorgi, Kasatkina, Keys o Bacsinszky.

Es cierto que Raemon Sluiter no alcanzó grandes cotas de éxito en cuanto a resultados deportivos, pero sí en lo que a reconocimiento y cariño del público se refiere. Con eso en el bolsillo, ahora aspira a volcar toda su experiencia y conocimientos en su labor de entrenador. Quién sabe si Kiki Bertens puede devolverle a la primera línea informativo dentro de muy poco. Si es así, Sluiter tendrá mucha responsabilidad.