Es el ave fénix del circuito, ese jugador que cuanto peor está más posibilidades tiene de reaparecer. Tiene más vidas que un gato, como demuestra el hecho de que a sus 37 años siga siendo tremendamente competitivo, y haya superado un derrame cerebral que le dejó postrado en cama durante meses. El único secreto es su pasión por este deporte, y la experiencia para saber que no ha de complicarse la vida. Ivo sabe que ha de buscar puntos a dos o tres golpes como mucho, y que tiene herramientas de sobra para salir victorioso de ese tipo de batallas.

Con aplomo y la confianza que da el no tener que demostrar nada a nadie, Karlovic está recuperando la mordiente de la que no hizo gala durante los primeros meses de competición. Llegó a Roland Garros con dos partidos ganados en todo el año, y en el Grand Slam parisino igualó esta marca metiéndose en tercera ronda, donde cayó con Murray. Fue un soplo de confianza en el momento adecuado: justo antes de la temporada de hierba, su hábitat natural.

Karlovic sacó de quicio a Mannarino

Tuvo un comienzo titubeante el bueno de Ivo, cometiendo dos dobles faltas en el primer juego del partido y sin capacidad para desbordar al hábil Mannarino. El galo desaprovechó una bola de break y se quejó amargamente de un par de bolas dudosas, permitiendo que el croata tomara ventaja en el marcador. En el siguiente juego, aún algo despistado, Mannarino cedía su saque y se daba la puntilla nada más comenzar.

El croata conectó la friolera de 22 saques directos y perdió tres puntos con primer servicio

Karlovic siguió con dudas en el siguiente juego, pero tuvo la capacidad de sobreponerse a dos bolas de break en contra, una de ellas ganada con una volea magistral. Fue un golpe moral muy pronunciado para el galo, que a partir de ese momento vagó sin rumbo por la pista. Mannrino estuvo muy estático, cometió numerosos errores al servicio y no pudo volver a inquietar al croata, muy tranquilo y con tremenda confianza en sí mismo.

Ivo es el tercer cabeza de serie en el torneo de s-Hertogenbosch, por lo que ha cumplido ya con lo mínimo exigible. Sin embargo, es consciente de que jugando sobre hierba puede ganar a cualquiera, por lo que buscará con ahínco el séptimo título en su carrera profesional, y el que sería tercero sobre hierba, habiendo sido campeón en Nottingham en 2007 y 2008.