No hay mejor manera de regresar de una temporada en el dique seco, que hacerlo con buen tenis y sobreponiéndose a constantes dificultades en el marcador. Verse presionada de principio a fín en una superficie que no es su predilecta, hará que la malograda física y mentalmente Belinda Bencic, recupere las sensaciones perdidas tras su lesión en Miami, que le ha mantenido lejos de las pistas durante meses.

Decidió tener paciencia en su recuperación y sacrificar toda la temoprada sobre tierra batida, en aras de llegar descansada a la gira europea sobre hierba. Su juego es polivalente y puede adaptarse a todo tipo de eventualidades, como así atestigua su flamante puesto de semifinalista en el torneo holandés, donde es la primera cabeza de serie. Queda mucho trabajo por hacer para la joven helvética, pero de nuevo se la ve brillar en un torneo importante.

Gran fortaleza mental de Bencic

Nunca es fácil enfrentarse a una compatriota con un ránking netamente inferior, procedente de la fase previa y sin nada que perder. Golubic ha cuajado un excelente torneo en Holanda, y se presentó en su duelo ante Bencic con la satisfacción del deber cumplido y la ilusión por dar un salto cualitativo.

El encuentro de una intensidad e igualdad más que notable, con alternativas constantes en el marcador. Golubic sacó a las mil maravillas y demostró estar muy adaptada al césped. Por su parte, Belinda encontró un aliado en su eficacia con el revés, golpe con el que encuentra golpes ganadores con facilidad pasmosa. Hubo alternativas constantes en el marcador, sin que la joven de 19 años pudiera despegarse del todo.

Mucho aplomo de Belinda en los momentos cumbreGolubic tuvo gran capacidad para aferrarse al encuentro, y llevó ambas mangas al tiebreak. Allí, Bencic impuso su condición de top-10 al poner de manifiesto el aura ganadora que le acompaña. Cerró el compromiso en dos mangas para lograr el billete a unas semifinales donde se enfrentará a Kristina Mladenovic.