Cuando las cosas no salen como se espera solo hay dos opciones posibles: el hundimiento moral o la lucha constante contra sí misma para revertir la situación. Kvitova optó por lo segundo, y aunque le esté costando recoger el premio a su gran actitud, la checa demuestra una gran personalidad al no caérsele los anillos por asumir su mal momento de forma, y batallar contra cualquier rival con tremenda ilusión.

Tras la decepción experimentada en Birmingham, donde confiaba regresar por sus fueros victoriosos al albur de la hierba, la checa está en Eastbourne dispuesta a llegar a Wimbledon con buen sabor de boca. Su habilidad para jugar sobre esta superficie es innata, y pudo desprenderse de un hueso muy duro de roer en segunda ronda, como es la húngara Timea Babos.

Kvitova estuvo brillante en momentos cumbre

El partido estuvo en un pañuelo, en ese territorio en el que un mínimo detalle separa la gloria del fracaso. Ambas jugadoras hicieron gala de una muy buena movilidad durante todo el encuentro, enfrascándose en intensos peloteos con muchas variantes de efectos y velocidades, y sin remilgos para subir a la red apoyándose en golpes cortados.

El saque de Kvitova no funcionó todo lo bien que cabe esperar de una jugadora como ella, y tuvo que salvar hasta cuatro bolas de break de Babos en la primera manga. Lo hizo, no sin apuros, y en el noveno juego dio un zarpazo que demuestra su carácter y condición de jugadora ganadora, al hacer break sin dar un previo aviso a la húngara.

La húngara cometió cinco dobles faltas, algunas de ellas en fases importantes del partido

Babos no se desmoralizó y siguió compitiendo con entereza y gallardía. Kvitova amenazó con romper el partido al romper el servicio en el primer juego, pero pronto volvió Timea a establecer una igualdad que no se iría hasta los compases finales de encuentro. Y es que se llegó al tiebreak, en el que Kvitova se aprovechó de algunos errores infantiles de Babos, entre los que destacó una doble falta con 4-4 en el marcador.

Victoria muy sufrida e importante para la moral de la checa, que se postula como una clara candidata al título si mantiene este nivel de juego, y sobre todo, de actitud y concentración. Puede verse las caras con una consumada especialista en esta superficie, como es Johanna Konta, lo que sería una prueba de fuego para Petra.