Con su quinto entorchado en la hierba de Queen´s ya en sus vitrinas, el ídolo local Andy Murray se presenta como la alternativa más viable para romper el dominio del número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, en la hierba del All England Club, escenario del tercer Grand Slam de la temporada: Wimbledon.

La gira de tierra como punto de inflexión

Todavía no se ha llegado al ecuador de la temporada, pero durante este tiempo se han visto diferentes versiones del escocés. Primero en un Open de Australia marcado por el avanzado estado de embarazo de su esposa, Kim Sears, que hizo que Murray estuviera con un ojo puesto en Melbourne y otro en Londres, preparado para abandonar el torneo en cualquier momento si su mujer daba a luz durante el torneo. Finalmente eso no paso hasta mediados de febrero y Andy Murray pudo disputar su quinta final del Abierto de Australia con idéntico resultado con respecto a las anteriores: otra derrota más, la cuarta ante el número uno, el serbio Novak Djokovic. Ya durante este torneo se pudo observar que la relación entre Murray su, por entonces entrenadora, Amélie Mauresmo no estaba en su mejor momento.

33-6 es el récord de Andy Murray en la presente temporadaTras este nuevo varapalo en Australia, Murray tuvo a su hija Sophia en Febrero. Este hecho, en lugar de influir positivamente en el rendimiento del escocés, trajo consigo el efecto contrario. Tanto en Indian Wells como en Miami, el número dos del mundo estuvo muy por debajo de su nivel al caer en tercera ronda en ambos torneos (en Indian Wells frente al argentino Delbonis y en Miami contra el búlgaro Dimitrov).

El propio Murray no encontraba una causa exacta a su pobre rendimiento en tierras norteamericanas, llegando a afirmar que desde la final de la Copa Davis ganada ante Bélgica, se encontraba exhausto, pero que no sabía la razón. Y en esas llegó la gira de tierra, una gira en la que al igual que en el año anterior, supuso un punto de inflexión para el británico. 

En Montecarlo sólo cedió ante el posterior campeón, el español Rafael Nadal en semifinales por dos sets a uno mientras que en Madrid, ya sin Mauresmo y con su amigo Jamie Delgado como entrenador, solamente Novak Djokovic pudo impedir que el escocés revalidara su título al vencerle en la final. Murray había recuperado la confianza y en Roma se tomó cumplida revancha contra el serbio al que derrotó por un doble 6-3 en la final del torneo romano. El escocés se presentaba por primera vez en Roland Garros con opciones muy claras de cara al título.

No lo tuvo fácil en sus primeros partidos, donde estuvo a punto de ser eliminado ante el checo Radek Stepanek y el francés Mathias Bourgue, resueltos ambos choques en cinco duras mangas. Pasados esos sustos, Murray fue a más conforme avanzó el torneo y se plantó en su primera final en París. Su rival volvió a ser Novak Djokovic, que perseguía completar el Grand Slam, y el resultado volvió a ser el mismo: Murray claudicó de nuevo ante el serbio, esta vez en cuatro sets. El escocés admitió que necesitaba algo más para poder ganar al serbio y en esas optó por volver a unir sus fuerzas con según el propio Murray, el mejor entrenador que ha tenido, la leyenda checa Ivan Lendl, algo que ya ha empezado a dar sus frutos con su victoria en Queen's.

Wimbledon: quien la sigue la consigue

El aficionado británico, ávido de volver a tener un jugador que devolviera el tenis de las islas al primer plano mundial, vio en un escocés como Andy Murray la persona idónea para desempeñar tal empresa. Murray se dejó ver por vez primera en la hierba londinense en 2005, donde llegó hasta la tercera ronda tras dejar fuera al checo Radek Stepanek y la cual estuvo a punto de apear al argentino David Nalbandian. Al año siguiente el de Dunblane dio un paso más al acceder por primera vez a la segunda semana del torneo, tras vencer al estadounidense Andy Roddick, finalista en 2004 y 2005, para después caer ante el chipriota Marcos Baghdatis.

Tras su ausencia en 2007 por culpa de una lesión en su muñeca, Murray volvió a Wimbledon en 2008 como cabeza de serie nº 12. En aquella edición el escocés dio un paso adelante en su carrera al alcanzar sus primeros cuartos de final  de un torneo grande. En un partido histórico que acabó más allá de las 21:00 hora local, Murray remontó dos sets a cero ante el francés Richard Gasquettopten por aquel entonces. Aunque en la siguiente ronda fue derrotado fácilmente por Rafael Nadal, su triunfo ante Gasquet fue el impulso necesario para su carrera.

Un año después, un Murray ya plenamente integrado en el denominado "Big Four" junto a Nadal, Djokovic y Federer, acudió a Wimbledon con la ilusión de alcanzar su primera final. Estuvo muy cerca de conseguirlo pero en sus primeras semifinales se estrelló contra el saque de Andy Roddick que le venció en cuatro mangas. Tanto en 2010 como en 2011 su verdugo fue otra vez Nadal, de nuevo en la penúltima ronda.

Su récord en Wimbledon es de 46 victorias por nueve derrotas, un 83,64% de victoriasHubo que esperar a 2012 para ver al escocés alcanzar su primera final en Wimbledon. Derrotó al francés Tsonga en las semifinales pero en el partido decisivo cayó ante el maestro suizo Roger Federer. La derrota fue dura pero mentalmente hizo más fuerte al escocés puesto que ya con Lendl en su banquillo, apenas un mes después se colgaría la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres y también lograría su primer Grand Slam tras imponerse a Novak Djokovic en el USA Open.

Con una mayor confianza a la hora de afrontar este tipo de encuentros, Murray puso fin a la maldición británica en Wimbledon y venció en la final de 2013 nuevamente a Novak Djokovic por tres sets a cero. Con una pista central abarrotada y mostrando un apoyo incondicional a su jugador, el número del mundo se mostró muy seguro durante todo el partido e hizo por fin realidad el sueño de toda una nación.

En 2014 Murray se presentó a defender su corona en una temporada llena de dudas motivadas por su operación de cadera a finales de 2013. El escocés superó sin dificultades las primeras rondas pero en los cuartos de final esas dudas volvieron a aparecer en su cabeza. Murray no fue capaz de hacer si un sólo set en su partido ante Grigor Dimitrov y se quedó fuera por primera vez en seis años de las semifinales en Wimbledon. Finalmente el año pasado, el escocés mejoró su actuación pero cedió otra vez en semifinales ante Federer.

En hierba y con Lendl, Murray 2-0 Djokovic

A pesar de que el cara a cara entre el números uno y el dos del mundo es muy favorable al primero por 24-10, en césped la tendencia se invierte. Cierto es que sólo ha habido dos enfrentamientos entre ellos en dicha superficie pero ambos se han resuelto del lado del británico: la final de Wimbledon de 2013 ya citada y las semifinales de los Juegos de Londres en las que Murray venció por un doble 7-5 al serbio.

Murray es el quinto jugador con más títulos en hierba en la Era Open, con un total de siete
En esos dos únicos enfrentamientos Murray tuvo a su lado a Lendl mientras que Djokovic todavía no contaba con Boris Becker en su equipo. Tener al público de su lado también fue un factor esencial para el escocés. El correcto y educado público británico dejó de lado ese tradicional estigma y apoyó sin reservas a su jugador durante ambos duelos, algo que a Djokovic le afectó mentalmente.

Ante el bajo estado de forma de Roger Federer, algo lógico como consecuencia de sus problemas de espalda y de su operación de menisco, Murray parece ser la única alternativa al indiscutible número uno del mundo. Habrá que comprobar hasta que punto la influencia de Lendl ayudará al escocés en su objetivo de sumar un nuevo "Grande" a su palmarés.