Trabajadora y luchadora como la que más, la canaria no pierde la cara al circuito cuando llega la hierba. Su afán de superación la impulsa a buscar modos de adaptarse a una superficie que no parece hecha para su estilo de juego, pero en la que ha demostrado en más de una ocasión, tener potencial suficiente como para inquietar a algunas de las mejores.

Tras un convulso 2015 en el que solo conoció la gloria y las catacumbas, sin término medio posible, la española busca un resultado brillante que destaque en el mar de regularidad imperante en esta temporada, en la que numerosos achaques físicos han impedido que Carla lograra alcanzar retos más ambiciosos. No parte como favorita ni siquiera a presentarse en la segunda semana de competición, y eso puede ser una ventaja a la hora de afrontar duelos capitales.

Buena tendencia de la canaria en este 2016

Es competitiva allá donde va, incluso cuando no está en plenas condiciones físicas. Fue una lástima comprobar cómo en los torneos favoritos de Carla, primero un fuerte catarro y luego molestias en un tobillo, mermaron su rendimiento. Y es que en la gira sobre superficie dura la española mostró un gran nivel, certificado con el título de Doha y resultados nada desdeñables como los cuartos de final en Australia y Stuttgart, así como actuaciones brillantes en Copa Federación.

Su título en Doha y los cuartos de final en el Abierto de Australia son los resultados más destacables

Sin embargo, en los eventos en los que más puntos defendía, tuvo que conformarse con los octavos de final. Madrid, Roma y París no pudieron ver la mejor versión de una Carla Suárez-Navarro que llega a la temporada de hierba con ganas de resarcirse de este tramo y de lo que ocurrió el pasado año. Y es que la española ganó un solo partido en pasto durante el 2015, marca superada con creces tras su magnífica actuación en Birmingham.

Carla Suárez-Navarro en Doha 2016. Foto: zimbio
Carla Suárez-Navarro en Doha 2016. Foto: zimbio

Wimbledon, asignatura pendiente pero esperanzadora

No se olvidan los octavos de final cosechados en 2013, donde peleó de tú a tú con Petra Kvitova. Esa es la prueba más veraz de las posibilidad de Carla para hacerlo bien sobre hierba, y a ella ha de aferrarse en aras de afrontar el torneo con optimismo. El pasado año llegó muy tocada mental y físicamente, y vio cómo la joven Jelena Ostapenko la arrasaba de manera estrepitosa.

Su mejor resultado son los octavos de final de 2013, cayendo ante Petra KvitovaNadie podrá reprochar nada a la canaria si cae en las rondas iniciales, al no ser ésta su especialidad, lo que puede beneficiarle mucho. El objetivo no es otro que el de llegar a esos octavos de final, con los que firmaría lo que exige su ránking. Serán importantes sus variaciones con el revés cortado y la capacidad para tomar la iniciativa con la derecha, pero mucho más la actitud con la que afronte el torneo.