Nunca lo ha ocultado, la hierba es la superficie en la que más problemas ha tenido siempre Stan Wawrinka. El suizo, actual número cinco del mundo, no se encuentra entre los principales candidatos de cara al tercer Grand Slam del año, Wimbledon, que comienza el próximo lunes 27. El problema de Wawrinka con el césped siempre ha sido más mental que tenístico. Con su potente servicio, su extraordinario revés a una mano y su buen dominio en la red todavía no se entiende por qué no ha alcanzado mejores resultados en dicha superficie.

Una temporada de luces y sombras

Dentro de la irregularidad que acompaña al de Lausana, su temporada puede calificarse, por lo menos hasta ahora, de decepcionante. Y eso que comenzó bien el año, con su cuarto título en Chennai (India) pero en Australia se vio frenado por el canadiense Milos Raonic en los octavos de final. El suizo se desquitó al vencer en el ATP 500 de Dubai, pero desde entonces sus resultados han dejado mucho que desear.

27-9 es el balance de victorias y derrotas de Stanimal esta temporadaTercera ronda en Indian Wells, octavos de final en Miami y una gira de tierra previa a Roland Garros con altos y bajos: Cuartos de final en Montecarlo (cae ante Nadal), segunda ronda en Madrid y octavos en Roma. Lo que resulta un pobre bagaje en los tres Masters 1000 en arcilla de la temporada. En busca de puntos y de confianza, Wawrinka se fue a su país para disputar el ATP 250 de Ginebra. 

Esta decisión fue positiva ya que el suizo venció en la final al croata Marin Cilic logrando su tercer título del año y de paso adquiriendo una buena dosis de moral para afrontar el reto de defender su corona de Roland Garros. En el Grand Slam parisino Wawrinka hizo un buen torneo, pero se quedó a las puertas de la final al caer ante el británico Andy Murray en las semifinales por tres sets a uno. Su séptimo puesto en la Race con 2325 puntos, la clasificación del año, es un ejemplo de la falta de consistencia de un jugador que por su estatus de bicampeón de Grand Slam, no debería de bajar nunca del top5.

Dos cuartos de final como mejor resultado en Londres

El helvético necesita recuperar su mejor nivel pero no parece que la hierba del All England Club sea el escenario propicio para ello, a tenor de sus resultados en dicho torneo. En sus hasta ahora once participaciones en Wimbledon, Wawrinka sólo ha podido alcanzar la segunda semana en cuatro ocasiones: 2008, 2009, 2014 y 2015.

Wawrinka tiene un 53% de victorias en hierba a lo largo de su carrera, por un 62% en dura y un 67% en tierra En estos dos últimos años alcanzó su mejor resultado, los cuartos de final. Hace dos años cayó ante su compatriota Roger Federer en cuatro sets pero fue el pasado año cuando más cerca estuvo de plantarse en la penúltima ronda de Wimbledon. El suizo cayó ante el francés Richard Gasquet en un partido épico resuelto con un dramático 11-9 en el quinto set a favor del francés.

Su actitud y motivación, claves

El aspecto más débil del suizo siempre ha sido su mentalidad, o mejor dicho su actitud a la hora de afrontar sus partidos. En muchas ocasiones se ha visto una versión demasiado apática de Wawrinka, llegando incluso a motivar el enfado del público en muchas ocasiones, la más reciente en Montecarlo este mismo año contra Nadal

El suizo se ha llevado las dos finales de Grand Slam que ha jugado, ambas en cuatro sets​Esa desgana o falta de actitud ha quedado demostrada en muchas ocasiones, en especial en torneos más pequeños. Da la sensación de que el suizo necesita de la motivación de un Grand Slam para mostar su verdadero nivel y enseñar al mundo de lo que es capaz. Así ocurrió tanto en el Open de Australia 2014 como en Roland Garros el año pasado, los dos títulos de Grand Slam que atesora el helvético en su palmarés. En Wimbledon todavía no ha sido capaz de desplegar todo ese enorme talento que atesora. A partir de la semana que viene, tendrá una nueva oportunidad, en su mano estará el aprovecharla.