Nada mejor para salir de una crisis, que hacerlo siendo llevada en volandas por su público, y triunfan en casa, antes los suyos. Es lo que se propone Johanna Konta en Eastbourne, deseosa de recuperar el nivel que la convirtió en una de las jugadoras revelación en 2015, y permitió que alcanzara unas memorables semifinales en el Abierto de Australia.

La británica tiene condiciones más que de sobra para triunfar sobre la hierba, y plantándose en semifinales ya mejora el resultado cosechado el pasado año. Gran movilidad, saque muy aseado y volea notable son algunos de los ingredientes que convierten a la jugadora asesorada por Esteban Carril, en una consumada especialista en esta superficie.

Konta estuvo brillante en momentos cumbre

La igualdad fue la tónica general durante todo el encuentro, con dos jugadoras que emprendieron un duelo de tú a tú, sin artificios y en el que buscar la profundidad con los golpes para poder entrar en pista, fue la única estrategia viable para poder alzarse victoriosas. Makarova tomó ventaja de break en el primer set hasta en dos ocasiones, pero se atrapó incomprensiblemente cuando sacaba para ganarlo.

La británica cometió muy pocos errores y conectó diez saques directosLa británica supo mantener la calma y estructurar muy bien los puntos en las fases de mayor nerviosismo, llegando a un tiebreak en el que su mayor aplomo y el apoyo del público, hicieron que saliera victoriosa. Fue un palo muy duro para Makarova la pérdida del primer set, y aunque intentó aferrarse al partido, acabó entregando el servicio en el noveno juego.

Konta cerró el partido sin problemas, demostrando una muy buena actitud y gran calma, y postulándose como clara candidata al título. Jugará ante Pliskova en semifinales, que lleva muchos partidos a sus espaldas pero que está demostrando un gran nivel, por lo que promete ser un duelo apasionante.