Todas las tenistas sueñan con ganar un Grand Slam. Entrenan duramente y compiten en multitud de torneos para conseguir, al menos, uno de los cuatro 'grandes' de la temporada tenística. Pese a su juventud, no es diferente la situación para Belinda Bencic, que se ha ganado el derecho propio de estar entre las candidatas al título en cualquier torneo que dispute, independientemente de la superficie, pues su estilo de juego se adapta a la perfección a la tierra batida, a la pista rápida y a la hierba, precisamente su siguiente parada y donde querrá rendir especialmente bien tras una primera parte del año un tanto complicada.
Nacida en la ciudad de Flawil hace tan sólo 19 años, Belinda Bencic comenzó a entrenar a los cuatro años, y su progresión fue tan espectacular que en 2013 llegó a ser la número uno mundial en categoría júnior. El siempre difícil salto a profesional no pareció afectarle, pues en 2014 se situó entre las 50 mejores raquetas del planeta y el año pasado, en su mejor temporada hasta el momento, se situó entre las mejores y, además, logró sus primeros títulos como profesional.
Irrupción entre las mejores
Y es que el 2015 de Belinda Bencic fue realmente espectacular, convirtiéndose junto a Garbiñe Muguruza en las grandes revelaciones de la temporada. Tras una primera mitad de año irregular, la llegada de la hierba permitió ver la mejor versión de la jugadora suiza, que alcanzó su primera final de la campaña en el Topshelf Open, donde cayó ante la italiana Camila Giorgi. Sin embargo, las sensaciones sobre el verde fueron mejorando y, consiguió su primer título WTA en Eastbourne, donde realizó un torneo excelente y derrotó a rivales de la entidad de Madison Keys, Eugenie Bouchard, Caroline Wozniacki y Agnieszka Radwańska.
Bencic alcanzó cuatroo finales y logró dos títulos en 2015
Después de lograr su mejor resultado en Wimbledon (cuarta ronda), la tenista helvética mantuvo su gran estado de forma y consiguió el segundo título como profesional tras imponerse en Toronto, logrando el título más importante de su trayectoria hasta la fecha y derrotando a jugadoras de la talla de Simona Halep o Serena Williams, convirtiéndose en la jugadora más joven en derrotar a la número uno del mundo desde que lo hiciera Maria Sharapova en 2004. Aún quedaría poner el broche final, que fue la cuarta final de la temporada, lograda en Tokyo, donde perdió ante Agnieszka Radwanska. Tras esta sobresaliente temporada, Belinda Bencic terminó el año como la número 14 del mundo.
Asentamiento en la élite
El 2016 comenzó con malas sensaciones para la jugadora suiza, pues además de no lograr grandes resultados, aparecieron diferentes problemas físicos que complicaron su progresión. En Sydney, una enfermedad impidió que Bencic disputara las semifinales, pero se recuperó a tiempo para disputar el Open de Australia, donde cayó en cuarta ronda ante Maria Sharapova. Precisamente en Rusia, y más concretamente en San Petersburgo, Belinda Bencic alcanzó su primera y hasta el momento única final del año, pero la italiana Roberta Vinci impidió su primer trofeo del año. A partir de ahí, su único buen resultado fueron las semifinales logradas en 'S-Hertogenbosch. Tras este inicio de temporada, Belinda Bencic llega a Wimbledon como la número ocho del mundo.
Su capacidad de adaptarse a cualquier superficie, su confianza, su progresión ascendente desde que se convirtió en profesional y, sobre todo, su talento, convierten a Belinda Bencic en una de las favoritas para conseguir el título en Wimbledon. La hierba londinense es especial por muchos motivos, y a lo largo de la historia ha sido escenario de la gran irrupción de alguna joven tenista. Si el año pasado fue Garbiñe Muguruza quien consiguió acceder a la final y plantar cara a la mismísima Serena Williams, 2016 puede ser el año de Belinda Bencic, que ya alcanzó en 2015 la cuarta ronda de la competición y que puede dar el salto definitivo a la élite esta temporada.