Queda claro que no es su terreno ideal, pero Nicolás Almagro ha demostrado en estos últimos años, estar sobrado de humildad y coraje para progresar. La lesión que le mantuvo fuera de las pistas durante 2014 y aún merma su rendimiento, ha hecho que el murciano se haya reinventado a sí mismo, basándose en su amor por este deporte y las ganas por volver a ser competitivo. No rehúye ningún torneo, ninguna superficie y ninguna circunstancia para dar el máximo de sí mismo.

No practicó un buen tenis en su duelo de primera ronda ante Rogerio Dutra-Silva, pero el objetivo de la victoria se cumplió, y eso es lo que importa. Desde 2013 no ganaba un partido el bueno de Nicolás en Wimbledon, por lo que este triunfo supone un bálsamo y puede erigirse en un punto de inflexión en su recuperación, sumándose a las buenas sensaciones de las que hizo gala en Roland Garros.

Almagro supo salir de su propia tumba

Comenzó muy bien el murciano, activo de piernas, concentrado y amoldando su tenis a la superficie. Golpes planos e impetuosos sin perder la cordura, y un servicio que le dio muchas ventajas. Dutra-Silva era una espectador de lujo del buen tenis de Almagro, que bajó la intensidad algo al resto en la segunda manga. Aún y así, llegó al tiebreak y sacó experiencia para erigirse triunfador en los puntos culminantes.

El español no concedió ni una bola de break en los dos primeros sets

Cuando todo parecía de cara, el partido se torció. Almagro se relajó inconscientemente, bajó la intensidad de piernas y comenzó a acumular errores. Dutra-Silva adquirió confianza y supo cómo sacar de quicio al español, que se puso muy negativo y cometió errores por precipitación. El tercer y cuarto parcial se resolvieron por un solo break del brasileño.

La remontada parecía más que probable, pero Nicolás apretó los dientes y se agarró a la pista. Jugó de nuevo largo, con más margen pero siempre buscando la iniciativa, y tomó una clara ventaja pronto, auspiciado en un cierto cansancio del brasileño. Llegó a dominar por 5-1, y tuvo algún problema para cerrar el partido, pero terminó haciéndolo.

El futuro de Almagro en Wimbledon no es muy ambicioso, pero el hecho de haber ganado un partido ya es un gran premio. Su siguiente rival será el vencedor del duelo entre Kevin Anderson y Denis Istomin, por lo que el murciano habrá de estar mucho más concentrado y regular si quiere seguir progresando.

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Sobre el autor
Diego Jiménez Rubio
Fui Coordinador General de Más Deportes y Viajes, y miembro del Consejo de Dirección de VAVEL España. Me encanta comunicar mi pasión por el turismo y el deporte, y hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.