Tiene un reto y está dispuesto a cumplirlo...y no es un reto como los que afronta en el resto de torneos. Nishikori navega en las turbulentas aguas de tener que aguantar su condición de top-10 y querer dar un paso más para poder ganar a los mejores. Esto supone una gran presión para el japonés, que puede llegar a percibir grandes resultados como una especie de fracaso.

No es así en el caso de Wimbledon, donde Kei compite contra sí mismo. Nunca ha rendido a buen nivel en esta superficie, siendo éste el único Grand Slam donde no ha llegado a alcanzar los cuartos de final. Intentará hacerlo este año, después de haber tenido que superar molestias abdominales en las últimas semanas. Está en el camino adecuado.

A Nishikori le costó entrar en el partido

Nunca es fácil salir a la pista central para disputar un duelo de segunda ronda ante un veterano curtido en mil batallas, como es Julien Benneteau. Y es que el francés está lejos de sus mejores momentos como tenista, pero sigue ostentando un notable talento y cuando destapa el tarro de las esencias puede hacer daño a cualquiera.

El japonés conectó 29 golpes ganadores y 22 errores no forzados, estando algo a merced del rival

Así lo demostró con un partido realmente completo, obligando a Nishikori a sacar su mejor tenis para vencerle. El galo se adjudicó la primera manga aprovechando una cierta displicencia de Nishikori, y mantuvo el nivel durante el segundo y tercero. Sin embargo, ahí el japonés estuvo mucho más vivo de piernas y no dejó que Julien jugara tan dentro de pista

Fue decisiva la tercera manga, donde Benneteau pudo romper el saque del japonés, pero eso no le sirvió gracias al gran nivel de Kei al resto. El japonés jugó con margen pero moviendo siempre al francés, promoviendo su desgaste físico y mental, que pudo percibirse en el cuarto set, donde Benneteau ya no fue competitivo. Su siguiente rival será Andrey Kuznetsov.