Con la moral por las nubes y los pies en la tierra. Así llegaba Garbiñe Muguruza a la hierba de Wimbledon, el torneo que la situó en el panorama internacional en 2015. La explosión de confianza adquirida tras conquistar hace unas semanas Roland Garros no se tradujeron en sinónimo de aires de grandeza, pues la tenista hispano-venezolana fue consciente en todo momento de que el hecho de ser número dos mundial y tener un título de Grand Slam no le iba a reportar victorias fáciles, menos aún en con la gran competitividad existente en el circuito femenino.

Y buena prueba de ello fue su partido en primera ronda, donde tuvo que exprimirse al máximo para superar a la siempre correosa Camila Giorgi, disputando ambas un partido repleto de intensidad y que acabó cayendo del lado de la jugadora nacida en Caracas gracias a su mayor templanza en los momentos decisivos. Una vez superado el primer escollo, en segunda ronda esperaba la eslovaca Jana Cepelova, número 124 de la clasificación mundial y que, teóricamente, no debía entrañar grandes dificultades para la discípula de Sam Sumyk.

Preocupación y angustia

Sin embargo, en el mundo del tenis no puede darse nada por hecho, y la influencia del estado físico de las jugadoras es máxima. Garbiñe salió a la pista con sensaciones raras y, sobre todo, un rostro con ciertos toques de angustia que no invitaban al optimismo. Estas sensaciones quedaron confirmadas tras los dos primeros juegos, pues Cepelova se apuntó su servicio sin demasiadas dificultades y, aprovechó su primera oportunidad de 'break' para poner distancia en el marcador (2-0).

La finalista de la edición 2015 de Wimbledon no transmitía buenas sensaciones, y la eslovaca consolidó la rotura con un juego en blanco al servicio. Un 3-0 ante Muguruza no parecía suficiente, pero la jugadora española no sólo no respondía bien a nivel físico, sino que tanto su derecha como su revés carecían de la potencia y el mordiente característico. Pese a todo, la segunda cabeza de serie del torneo reaccionó y sumó su primer juego del partido, no sin sufrimiento.

La española cometió numerosos errores no forzados

A los problemas de Garbiñe Muguruza se sumaba la creciente confianza de Jana Cepelova, que no imaginaba que mediado el primer parcial iba a tener tal ventaja en el marcador. El aumento de confianza se tradujo en un mayor seguridad sobre la hierba londinense, una seguridad más que suficiente para seguir dominando con claridad el marcador (4-1). En situación opuesta se encontraba la jugadora hispano-venezolana, que cada vez sentía menos sus golpes y también comenzó a cometer dobles faltas, costándole el sexto juego del partido.

Cepelova supo aprovechar el mal partido de su rival | Foto: zimbio.com
Cepelova supo aprovechar el mal partido de su rival | Foto: zimbio.com

Los grandes tenistas suelen crecerse ante las adversidades y Garbiñe dio una pequeña muestra de ello, pues consiguió un par de golpes ganadores que, sumado a las dobles faltas de la eslovaca, le permitieron devolver el 'break'. La esperanza de la afición española aumentó de manera notable en el siguiente juego, ganado en blanco por Muguruza, que se acercaba en el marcador (5-3). Pero fue un mero espejismo, una ilusión óptica, pues Cepelova no desaprovechó la oportunidad y cerró la manga al juego siguiente (6-3).

Despedida confirmada

El rostro de la tenista española estaba cada vez más desencajado y su 'feeling' sobre la hierba empeoraba en cada punto, por lo que la eslovaca tenía todo a su favor para protagonizar la primera gran sorpresa de Wimbledon 2016. Cepelova continuó mostrándose lo suficientemente acertada para vencer su servicio sin demasiadas dificultades, mientras que Muguruza comenzó un festival de errores no forzados que posibilitaban el despegue en el marcador de la jugadora centroeuropea, que se colocó 4-0 arriba.

Garbiñe comenzó 4-0 abajo el segundo parcial 

La única cuestión por resolver, al margen de si Garbiñe Muguruza sufría algún problema físico, era saber cuándo finalizaría el encuentro. La hispano-venezolana se apuntó su primer juego del segundo 'set' en blanco en su turno de saque, y pareció entrar en inercia positiva en el juego siguiente, colocándose con dos bolas de 'break'. Pero los errores se sucedían y las bolas de la pupila de Sam Sumyk sobrepasaban los límites de la pista o se estrellaban contra la red. Ni desde el fondo de la pista ni desde la volea era capaz la jugadora nacida en Caracas de meterse en el partido, y esta situación permitió a Cepelova remontar el juego y situarse 5-1.

La eslovaca protagonizó la primera gran sorpresa de Wimbledon 2016 | Foto: zimbio.com
La eslovaca protagonizó la primera gran sorpresa de Wimbledon 2016 | Foto: zimbio.com

La historia se repitió en los dos juego siguientes, que resultaron ser los últimos del encuentro. A duras penas, Garbiñe Muguruza consiguió vencer con su servicio y poner en dificultades desde el resto a su rival, pero Jana Cepelova aguantó a la perfección y se limitó a esperar el error de la española para llevarse el segundo parcial por 6-2 y conseguir, en una hora de juego, la victoria más importante de su carrera hasta la fecha, que además le permite alcanzar la tercera ronda de Wimbledon 2016, donde se enfrentará a la checa Lucie Safarova.