Estados Unidos siempre ha guardado una buena relación con la hierba. Pese a que no ha sido históricamente su superficie favorita, algunos tenistas norteamericanos escribieron una página brillante en Wimbledon. Si a principios de los 80 fue John McEnroe quien conquistó tres títulos sobre la hierba londinense, en la década siguiente el gran protagonista del tercer Grand Slam de la temporada fue Pete Sampras, que llegó a conseguir hasta siete títulos y, a día de hoy, es uno de los tres tenistas que más veces ha ganado en la capital británica. 

Muy lejos del nivel de estas leyendas se encuentran los mejores tenistas de Estados Unidos existentes en la actualidad, y es que el tenis estadounidense continúa buscando una nueva referencia. Tras la retirada de Andy Roddick, el último gran tenista que competía bajo la bandera de las barras y estrellas, todos los focos apuntaron a John Isner. El 'gigante' norteamericano hace valer su espectacular servicio en cualquier pista, aumentando su valor en la hierba, donde el saque adquiere una gran importancia.

Sudor y servicio

A Isner nunca se la ha dado bien la hierba londinense, pero continúa entre las 20 mejores raquetas del mundo, por lo que siempre es candidato a llegar lejos en todos los torneos. En la primera ronda de Wimbledon 2016, el estadounidense se vio las caras con el veterano Marcos Baghdatis, que siempre tiene opciones de dar la sorpresa y poner en dificultades a cualquier rival, haciendo gala de su enorme experiencia en el mundo del tenis.

El comienzo del partido se desarrolló según lo esperado y ambos tenistas impusieron sus respectivos servicios, siempre con John Isner por delante en el marcador por el simple hecho de haber comenzado el encuentro al saque (4-3). Sin embargo, en el octavo juego, tres errores no forzados del chipriota posibilitaron el 'break' del norteamericano, que se colocó en una posición inmejorable para cerrar la primera manga en el siguiente juego. 

Isner volvió a demostrar su habilidad en el 'tie-break'

Pero las tornas se cambiaron inmediatamente y los errores comenzaron a salir de la raqueta del 18º cabeza de serie del torneo, que desaprovechó una gran oportunidad y dio alas a su rival, que igualó el partido con su servicio (5-5). El primer 'set' parecía destinado al 'tie-break', y tras dos juegos muy disputados, el partido se encaminó hacia el juego definitivo, donde el mayor acierto de Isner dio al estadounidense su primer parcial.

Baghdatis salió decidido a igualar el partido y se situó 3-0 arriba al inicio de la segunda manga, maximizando cada error de su oponente. El chipriota llegó a situarse con un marcador favorable de 4-1, pero John Isner volvió a encontrar las sensaciones con el servicio, y eso puede ser demoledor para su rival. El norteamericano consiguió nivelar el encuentro (4-4), y de nuevo ambos tenistas llegaron al 'tie-break', donde una vez más terminó imponiéndose la mayor fiabilidad y el acierto del jugador de Greensboro.

Tras dos 'sets' muy disputados, la competitividad de Marcos Baghdatis comenzó a reducirse, y John Isner se sintió liberado de cualquier tipo de presión al verse a tan sólo un parcial de llevarse el partido. Con esta inercia positiva, John Isner sólo necesitó romper en una ocasión el saque de su rival para llevarse la tercera y definitiva manga por 6-3, y así alcanzar la segunda ronda de Wimbledon 2016, donde se enfrentará al australiano Matthew Barton.

Revés hacia el cielo

Después de comprobar que Isner no daba el salto definitivo hacia la élite, los estadounidenses comienzan a ver a Jack Sock como su jugador de presente y, sobre todo, de futuro. A sus 23 años, el jugador de Nebraska ya es el número 26 de la clasificación mundial, y rindió a un gran nivel en 2015. En su año de confirmación entre los mejores, el jugador estadounidense se midió en segunda ronda al holandés Robin Haase, un tenista que siempre puede poner en aprietos a cualquier rival.

Sin embargo, el jugador norteamericano comenzó el partido de manera fulgurante, cediendo únicamente un juego en la primera manga. Sock consiguió un parcial inicial de 3-0 basado en su capacidad para conectar golpes ganadores y, sobre todo, por los numerosos errores no forzados de su rival, que además se mostró incapaz de hacer daño desde el resto al estadounidense. Haase consiguió ganar su primer juego pero después encadenó otro parcial similar al anterior, finalizando el primer 'set' por un contundente 6-1.

Sock estuvo impecable con su golpe de revés

La segunda manga dio la sensación en sus compases iniciales de ser más igualada, pero este equilibrio únicamente duró hasta el tercer juego. A base de golpes de revés ganadores, Jack Sock logró romper el saque de su rival y consolidar la rotura en el juego siguiente, estableciendo un 3-1 que se antojaba insalvable para el holandés. Robin Haase se aferró a la hierba londinense gracias a su servicio, pero un nuevo 'break' del jugador de Nebraska en el noveno juego permitió al norteamericano cerrar el segundo 'set' por 6-3.

El encuentro sí se igualó definitivamente en el tercer parcial, donde los dos tenistas lograron mantener sus respctivos servicios durante todo el encuentro. Ante esta situación, había que decidir si el 'tie-break' pondría el punto y final al partido o si había que llegar, al menos, hasta una cuarta manga. En el juego definitivo, y contrario a lo esperado, Haase se mostró más seguro y acertado, y Sock encadenó varios errores consecutivos que permitieron al holandés ganar por 7-3.

La igualdad exhibida entre el americano y el europeo se mantuvo en el cuarto parcial, pues ambos jugadores lograron mantener sus respectivos saques hasta el 4-4. En la fase decisiva del 'set', y al contrario de lo que había sucedido en la manga anterior, Jack Sock fue capaz, gracias de nuevo a su espectacular revés, de lograr un 'break' que no tendría demasiados problemas para confirmar con su servicio, cerrando el partido por 6-4 y logrando el pase a la tercera ronda de Wimbledon, donde se medirá al canadiense Milos Raonic.

El factor servicio

El tercer gran estadounidense en liza en la cuarta jornada de Wimbledon 2016 era Steve Johnson, que se enfrentó al francés Jéremy Chardy. De manera imprevista, Johnson fue el que tuvo que trabajar menos para conseguir la victoria, pese a que el tenista galo siempre es de esos jugadores capaz de competir ante cualquier rival y sobre cualquier superficie.

El tenista norteamericano salió a la pista de manera espectacular, encadenando un parcial de 5-0 que prácticamente le dejó el primer 'set' en bandeja. Chardy consiguió apuntarse un juego, pero de nuevo se vio sometido a la presión de su rival, que golpeó mejor desde el fondo de la pista y provocó los errores del galo. De esta manera, y en apenas 30 minutos de partido, Steve Johnson se apuntó el primer parcial por un resultado de 6-1.

Johnson solventó el partido gracias a sus 17 'aces'

Pero el encuentro no iba a ser tan fácil para Johnson, pues Chardy aumentó notablemente su nivel en la segunda manga y, sobre todo, ganó seguridad con su servicio, arma indispensable para tener opciones de triunfo. El jugador americano no disminuyó su nivel tenístico, y ambos jugadores disputaron puntos muy intensos y aplaudidos por el público. Ante esta igualdad, el ganador del segundo parcial tuvo que decidirse en el 'tie-break', donde el estadounidense aprovechó el único error cometido por el francés para imponerse por 8-6.

La tercera manga prometía muchas emociones y los primeros juegos respondieron a las expectativas, pero con 3-2 ariba en el electrónico, Steve Johnson consiguió romper el servicio de su rival, lo que sumado a su consolidación en el juego siguiente situó el marcador en 5-2. Jéremy Chardy resistió desde el saque, pero el norteamericano, que llegó a conectar hasta 17 'aces', no dejó pasar la oportunidad de resolver el encuentro por la vía rápida y, con un resultado de 6-3, consiguió la victoria y el pase a la tercera ronda, donde se verá las caras con el búlgaro Grigor Dimitrov.

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