La vida consiste en superarse a sí misma cada día, en evolucionar poco a poco pero sin descanso, y eso solo se puede lograr con mucho esfuerzo. Esa es la filosofía de una de esas jugadoras aguerridas como las que más, y que quizá no tengan la potencia de golpes que se estila en el tenis actual, pero que ostentan un talento y una capacidad de esfuerzos y recuperación fuera de lo habitual. Carla Suárez-Navarro encarna estos valores y sabe explotarlos al máximos.

Carla ya hizo octavos de final en Wimbledon 2013

Solo así se explica que una jugadora terrícola por naturaleza, sea capaz de ir mejorando sus resultados en todas superficies a medida que avanza su carrera profesional. Los octavos de final alcanzados en Wimbledon 2013 parecían una anécdota, pero el hecho de repetir actuación este año muestra a las claras que la canaria también puede jugar a un alto nivel sobre hierba.

Erakovic no fue rival

Buscar un puesto en octavos de final enfrentándose a la 153 del mundo de 28 años de edad, es algo que cualquiera firmaría...pero también que haría relajarse a cualquiera. Carla afrontó el partido a sabiendas de las posibilidades de la neozelandesa para jugar muy bien sobre hierba, y saltó a pista muy intensa.

La española rompió en siete ocasiones el saque de Erakovic

No lo hizo en sus dos anteriores encuentros, donde pesó de cierta pesadez de piernas, y salió con la lección bien aprendida. Carla no fue decisiva con el servicio pero sí letal al resto, y martirizó el juego incisivo de la jugadora oceánica, que no vio opciones de subir a la red con garantías debido a la gran movilidad de piernas de la española.

Hubo breaks continuos, pero siempre fue Carla la que llevó la iniciativa en el marcador. Con la confianza que da tener la delantera, la española hizo un buen tenis, eligiendo bien los golpes en cada momentos y dejando destellos de brillantez con el revés. 6-2 y 6-2 fue el resultado final en favor de la española, que tiene ante sí una oportunidad única para meterse en la antepenúltima ronda.