Andy Murray ha sido el claro merecedor del título de Wimbledon, el tenista escocés ha barrido a su rival, Milos Raonic, en tres sets (4-6, 6-7, 6-7) en un partido que ha durado dos horas y 48 minutos. El británico, que llevaba desde el 2013 sin ganar un Grand Slam (el US Open en Nueva York), ha conseguido cortar la racha negativa y ganar en tierras inglesas ante su público, en el que es hasta el momento el título más especial de la temporada.

La de hoy era la undécima final de Murray en Grand Slam, y consiguió llevarsela tras un torneo bastante tranquilo, muchos partidos los solventó fácilmente y tan sólo tuvo serios problemas ante el Kyrgios, Tsonga y Berdych, a los que tuvo que doblegar. La final se podía preveer más dificultosa de lo previsto, ya que Andy jugaba ante el posible primer tenista de la historia de Canadá que conseguía un título de tal magnitud, aunque al final no fue así.

El poderío escocés pudo ante la ilusión canadiense

El primer set fue el más sencillo de todos para el británico, en el que le bastó un break en el séptimo juego para llevárselo y poner más nervioso a Raonic. Murray siguió sólido en la segunda manga, aunque no le fue fácil cerrarla, tuvo que defenderse ante los cañones que enviaba el canadiense en su servicio y se la tuvo que jugar en un apasionante tie break

El tercer set fue muy parecido al segundo, Murray aguantó los fusiles de Raonic y todo se decidió en un emocionante tie break que acabó llevándose el británico. El escocés fue capaz de llevarse la final sin ceder un solo break. 

Murray ya se centra en la próxima gran cita, los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, en la que podrá revalidar la medalla de oro conseguida en Londres hace cuatro años.